
«La mayoría social está más interesada en personajes de ficción como Buzz Lightyear, que en el de los nefastos personajes reales que dirigen sus vidas»
Hay personas que a fuerza de poner la oreja en plan receptor de noticias, no se enteran de la misa la media. Es lo que ha traído consigo la cultura mosaico, en la que se producen muchas informaciones pequeñas, parceladas en bloquecillos de imagen cortos y con poco contenido informativo. Y es así porque las noticias, que habitualmente se difunden hoy en día, se centran más en los sucesos puntuales que en la importancia global de sus efectos y que tampoco se prodigan en temas de interés social y político, salvo de pasada y por supuesto para escasos informadores asépticos. Todas estas personas, diría que meros “oidores” o sea “receptores acríticos” y que son una gran mayoría en el país o los países, que no sé si es verdad esta afirmación en plural, aunque me temo que sí, son carne de noticiario manipulado y ni que decir tiene que de Redes Sociales. Estas por supuesto y aunque no lo parezca siempre controladas en parte por ojos que enjuician la información, haciendo cierta solo la que ellos admiten.
También entre los habitantes de las sociedades modernas hay muchos pertenecientes al género bobo o de los ya famosos bobos de baba que no son capaces de separar opinión de información, política de realidad y tonterías de verdades como puños. En pocas palabras, el sentido común, ha llegado a ser como dicen muchos el menos común de los sentidos.
En general en los países en los que se ha relajado la educación, la disciplina y las normas sociales de respeto a los mayores, se vive una especie de infantilización. Vamos que se ha infantilizado ese sentido común, se ha transformado en un mero juego, que puede usarse o no. Esto coloca a los adultos, y llamo adultos a personas por encima de los treinta años, porque hablar hoy en día de otra edad mas temprana es mera fabulación, no sé si buscada por los gobernantes o que se produce de oficio por vaciado neuronal espontaneo del personal, es mera fantasía, esta fuera de toda realidad.
La mayoría social está asentada en un estadio infantil, de pre adolescentes, más interesados por ejemplo en personajes de ficción como Buzz Lightyear, que llega a ocupar espacio en los medios de información, que en el de los nefastos personajes reales que dirigen sus vidas y haciendas en este principio de siglo XXI. Parece que las personas más jóvenes, de cincuenta años para abajo que viven y pacen en estas fechas de los veinte del dos mil, carecen de un criterio de valores importantes para ellos mismos y los seres humanos en general.
No se trata de valorar todo por igual pero sí considerar que cualquier tema sobre el que un humano reflexiona, podrá ser cierto o no, podrá valer o no y debe ser aceptado siempre que solo le afecte a él como individuo y no a la globalidad, véase sobre todo el tema de la religión. ¿Es que no han estudiado la historia, ni las realidades del siglo pasado y están condenados a repetirla? No sé contestar. En algunos lugares correrá la sangre, pero en otros, estanques de melindrosos, solo correrá la bobería y las babas de los que se dejan mamonear al ritmo de la música hispanoamericana, que parece estar de moda, con sus letras “elaboradas e intensas”.
Y en esos países sub USA en dónde gana la falsedad igualitaria. ¿Dónde están los Luis Eduardo Aute, los Bob Dylan y los otros poetas que cantaban las verdades molestas, pero reales sin hacer bandera política de los temas? Como dice la canción están flotando en el aire… Es curioso que a fuerza de quitar importancia a los seres humanos, al intelecto de los hombres y a las religiones, como tal y políticas, más como dogmas de fe, que como formas de organización social, que en definitiva todo trata de convencimiento religioso, se ha vaciado al ser humano de contenido y sensibilidad.
Nadie se derrumba emocionalmente cuando ve abatir a tiros en una cafetería de Nuevo Méjico a unas personas en un bar y aunque sí, en cierta manera lo haga, verlo en niños en un colegio americano, no deja de ser una acción violenta pero cometida en la lejanía por un loco. Es urgente volver a hacer valer la realidad, esa que separa claramente a los individuos de orden de la canalla, que es ensalzada muchas veces por el mero hecho de ser considerados revolucionarios contra el sistema capitalista. El sistema menos malo de todos los existentes que genera lugares prósperos para la generalidad de las personas y en donde se pueden establecer democracias. Y dado que es este sistema capitalista, con correcciones, el que funciona y dónde se pueden establecer democracias, al defender la libertad del individuo, debemos tener mucho cuidado en como valoramos las actitudes de unos y otros, porque, como dice el lema “La verdad está en el punto medio”, por lo que las intolerancias tanto sociales, como políticas, religiosas o de cualquier tipo debemos tenerlas arrinconadas y de rodillas, como se castigaba en el colegio, tiempo ha, a los negligentes y recalcitrantes, aunque solo sea por mera precaución.