Informar, no deformar… Por Antonio Ramírez

Informar, no deformar… De Antonio Lladó

«Este libro de Albert Lladó  es un oasis para reflexionar ante la gran cantidad de hechos impuestos por intereses  ajenos al propio Periodismo»

Esta obra, pequeña de formato, pero grande por su contenido y permanente acutalidad, nos adentra, desde el pensamiento y la reflexión del gran autor francés Albert Camus, en nociones básicas e imprescindibles para el ejercicio del Periodismo y, por ello, en el tratamiento de la información.

 

«La mirada lúcida» y su autor, Albert Lladó, se basan en cuatro puntos cardinales para emprender un análsis de este noble ejercicio en la actualidad. Vale para todo tiempo y lugar porque abordando los retos y las amenzas del Periodismo en el mundo en el que vivimos, como las «fake news» o la vulgar e interesada propaganda, ahonda en la determinación de tomar la distancia necesaria y así, como el dice «transformar la información en experiencia» y de esa manera esta, en su verdad, tengan influencia y no sean meros espasmos intrascendentes, cuando no perjudiciales.

 

Evitar la deformación, es uno de los principios en el que sustenta este oficio, tan viejo, como el ser humano en sí, y que viene muy condicionado desde que las redes sociales hicieron aparición. En un mundo donde la rapidez de lo sucedido viene auspiciado por la velocidad de lo contado y, tantas veces, súbitamente olvidado, este libro es un oasis para detenerse y reflexionar ante la gran cantidad de hechos impuestos por un interés tan a menudo ajeno al propio Periodismo. Luz sobre tinieblas.

Antonio Ramirez Velez

Indígena melillense con varias decenas de años a mis espaldas. Periodista de profesión y dedicación institucional desde hace muchos años en lla Ciudad Autónoma de Melilla, anterior Ayuntamiento, con una paso también en la Administración del Estado, Delegación del Gobierno. Responsable en diversas legislaturas de gabinetes de prensa y relaciones institucionales, comencé a entender, hace tiempo ya, que el poder es un mar de ambiciones y conjuras permanentes y por ello la verdad, cuando sobrevive, vale su precio en oro. Mi paso por medios de comunicación, tanto públicos, como privados, me enseñó de la gran asignatura pendiente que tienen, aún, generaciones de periodistas sobre la consideración de su profesión y la dignificación de la misma.

Lector aplicado, que intento ser, concibo a los libros como uno de los últimos reductos de la libertad de pensamiento, generadores de opinión y salvaguarda, por ello, de la voluntad. Lo único que no nos puede ser arrebatado (Víktor Frankl).

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