Estoy orgulloso de poder llamarme titiritero, de encuadrarme en esta panda de locos y vividores que buscan el fin de hacer feliz al mundo.
El titiritero. Por Julio Moreno López

www.lapaseata.net
Estoy orgulloso de poder llamarme titiritero, de encuadrarme en esta panda de locos y vividores que buscan el fin de hacer feliz al mundo.
Todas las cosas bellas y valiosas tienen su precio. El orgullo y el reconocimiento no pagan las hipotecas, de momento. ¿Cuál es el precio de la felicidad?
Este libro de Albert Lladó es un oasis para reflexionar ante la gran cantidad de hechos impuestos por intereses ajenos al propio Periodismo.
Sé lo que has hecho es la frase y guía por donde transcurre la narración de Joël Dicker en su novela El caso de Alaska Sanders.
Recuerda periodista el Periodismo veraz que soñaste en el paraíso de tu infancia cuando todavía eras feliz
Joaquín Luna, un buscador de la verdad que la mayoría evita y en esencia un maestro del oficio del periodismo en extinción
Un par de meses vendiendo al sepulturero y gana. Podrían hacerlo con cualquiera. El periodismo es todopoderoso
No saldría del confinamiento de un confesionario para espiar la culpa por mi larga y viperina lengua… Pero con lo que hay.., no me fustigo aunque crea que más vale buena vara, que mal faisán
La juez archiva por segunda vez el caso del Metro de Valencia. Descarta que existan responsables penales y que hubiera fallos en los frenos, el vagón y en las vías. Los peritos rechazan la relación entre el siniestro de 2006 y los ocurridos años antes.
Como un parapeto tras el que resguardarse a expensas de que no nos alcance la artillería, así usamos la Cultura y la Memoria, pues sirven de anestesia, o al menos alivian, la incertidumbre de tiempos de extrañas tribulaciones
En la letrina de la Secta hablando de Cayetana nadie sale en su defensa y el periodismo vuelve a dejar su casposo prestigio por los suelos
Como todo es respiración, el artista, en su aspiración, absorbe, aprende, sueña, medita, rumia, prepara, comprende, organiza sensaciones, ordena el caos…
En la busca de nuevo oficio que empeño mis días descubro que el del periodismo me llama sin cesar. Y me despista. El ejercicio de la profesión me ha dejado secuelas. No se empezar los días sin leer unos cuántos periódicos y tampoco los acabo bien si no he “aporreado” suficientemente mi sufrido teclado. De igual manera reconozco que las polémicas sobre la ética periodística me siguen apasionando.
leo sobre las ecuaciones matemáticas de las deudas de las Comunidades Autónomas. Insostenibles. Sobre su contratación funcionarial a los perfiles de confianza para no mencionar el tan español concepto de los enchufes y, así, con la exquisita corrección ideológica de nuestros días, colar sin oposición, como empleados públicos de la administración, a los “parroquianos” del mismo color.