Conversaciones en el andamio: ¿A qué huele la PSOE? Por Francisco Gómez Valencia

Conversaciones en el andamio ¿A qué huele la PSOE?

Este fin de semana hemos visto salidas de madre de todos y cada uno de los líderes de la PSOE al hilo de su corrupción innata. Todos y cada uno de ellos han intentado desmarcarse del hedor que desprenden desde siempre sus políticas y concepto de vida.

Los asesinatos y golpes de Estado antes del glorioso Alzamiento Nacional o su cobardía durante el franquismo forman parte de su leyenda negra pero con democracia y en color, su apestoso colaboracionismo con el terrorismo al que siempre admiraron y que asoló a España desde siempre hasta los últimos grandes atentados, dieron sus frutos sacando tanto rédito político, que por fin asestaron el necesario golpe de gracia previo al de la actual legislatura, basada en la sobreexplotación y colectivización de la enfermedad, resuelta con medidas que favorecen la cultura de la muerte, la ruina y el endeudamiento recurrente.

Su connivencia con el hampa, las drogas y la prostitución; las mordidas institucionales a los empresarios corruptos como ellos, o mediante la entrega descontrolada de subvenciones otorgadas a dedo para ellos mismos o sus amiguetes de orgías, ya forman parte de su Historia por mucha colonia de marca con olor a rosas que gasten para tratar de camuflar el olor a podrido, porque sí: lo pudren todo, por eso ellos a las putas las tratan bien, porque dicen que son afectivos (tito berni dixit) En fin; que les voy a contar que ya no sepan…

¿A que viene este rosario de la Aurora? Se Preguntará alguno: pues porque nos vienen ahora y nos cuentan que en la PSOE no cabe la corrupción y que la erradican desde el minuto uno reconociendo con ello y gracias a sus últimas actuaciones con el diputado Fuentes Curbelo, que expulsan a sus corruptos antes de que los jueces los lleguen a imputar y la Policía los detenga, porque obviamente saben lo que hay.

Son expertos chivatos como pasó en el caso Faisán avisando a los asesinos. Nada cambia; recién han avisado a su socio en Cantabria –Miguel Ángel Revilla– un cuarto de hora antes de que la Policía entrara en las dependencias de una de sus consejerías corruptas –según las propias declaraciones del “capitán anchoa”, el cual; se cree que contándolo evita las sospechas– ¿Qué más hace falta?

No cabe la corrupción. Claro que no cabe porque forma parte de su razón de ser como partido político.

Desgraciadamente España sociológicamente es socialista porque es más fácil ser víctima o hacérsela, que ser simplemente hacedor de cosas o hechos dignos y emprendedor de acciones lícitas.

Quien no lo vea es que está ciego y/o es igualmente corrupto a título personal, pues se puede vivir y mamar de ellos circunstancialmente pero renegando de ellos públicamente (lo cual es digno y eximente), o vivir del cuento alardeando de que ellos son la gente de bien y los curritos a los que hace mucho que no representan, no.

Ya llega el 8-M, otra vez. ¡Que Dios nos asista, pero tranquilidad mis cuates! Que habrá conversaciones con sorna, que no sarna; esa para sus manifas. Y con ironía, sin saña e inquina por supuesto; eso queda reservado para sus arengas de pancarta.

Será algo certero, directo, preciso, sin tratar el tema, pero sin dejar de tratarlo. Con estilo y educación, con humor y la lógica desesperación. Como no, de lo contrario seriamos como ellos.

Feliz día de Santas Felicidad y Perpetua.

Españistan 07|03|23

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

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