
«He sentido ese sentimiento de admiración de muchos Norteamericanos, ante sus soldados volviendo de conflictos con orgullo. Aquí eso no se ve»
La verdad sea dicha cada día entiendo menos el mundo en que vivo. Es un mundo descreído, pero no solo en religión o política. Es descreído en sí mismo, sin intención de futuro. Opaco, caído, sin pena ni gloria, sin ganas de hacer esfuerzos por estar en un lugar respetable y colaborar con los demás. Nuestro país, el de todos, no una entelequia.
En el pasado, he sentido ese sentimiento de admiración de muchos Norteamericanos, ante sus soldados volviendo de conflictos con orgullo. Aquí eso no se ve. A lo sumo ves a los soldados que se van a otro país a combatir despidiéndose de familiares, amigos, mujeres, hijos, novias. No ves al “Pueblo Español”. Al parecer nos importa una mierda combatir por las libertades fuera de nuestras fronteras. La verdad es que me gustaría saber si eso será igual en la defensa de nuestro suelo, caso de invasión.
Está claro que en la actualidad las invasiones militares son bastante menos importantes de lo que fueron en otras épocas. Hoy en día basta que te envíen unos buenos virus por internet para acabar con tus suministros de agua, energía, comunicaciones, vías de tren, carreteras. Los españoles parecemos estar en el séptimo cielo o en un puro nirvana. Vemos lo que pasa en otros países Europeos que van perdiendo zonas de sus ciudades, a veces lugares enteros y ni nos llamamos a andana. Mientras tengamos el salario mínimo y la pensión garantizada, lo demás parece darnos igual.
¿Qué más da nuestra cultura milenaria? ¿Qué más da la religión mayoritaria en el país? Solo parecemos caer cuando dan noticas como que hay magrebíes que cobran el paro de aquí pero han vuelto a sus países. Parece que aquí todos estamos jugando a Pasapalabra para ver si con un poco de suerte nos tocan uno o dos millones de euros.
Mucha gente no sabe expresarse, escribiendo, pero incluso hay quienes ni siquiera saben expresarse hablando. Muchos o no recuerdan, o lo peor no han estudiado la forma de decir el año tal. Es fácil oír expresiones como: mañana se celebra el treinta tres aniversario del campeonato. Debiera decirse si se celebra el trigésimo tercer aniversario. Pero lo malo no es que lo diga usted o yo, lo malo es que lo dicen presentadores y redactores en TV, cuando se supone que han estudiado periodismo. ¿Qué les han enseñado? ¿Solo lo del solo sí es sí? No tengo ni idea. Me quedo día sí y día también descolocado.
Dicen que muchas series producidas en EEUU, así como películas, no tienen tanto tirón aquí como allí. Puedo entenderlo cuando aquí, se va más a la irrealidad de la astracanada y la risotada. Es difícil ver por aquí producciones como ET, que llevan al espectador desde la intimidad del personaje hasta la pura acción y enaltecimiento general. Producciones que te hacen tanto reír a carcajada, como llorar a moco tendido. Emociones, fuertes emociones, que sacan de nuestra mente mucho de lo que hemos olvidado. ¿Será que no queremos sentir? Puede, ¿será que no queremos llorar y solo queremos estar en un mundo insulso sin sentimientos humanos de verdad?
No sé que pensar pero si cuando haces un guion o escribes una novela, no se te saltan a veces las lágrimas o te ríes a carcajadas de lo que has puesto, es muy probable que tu texto no valga nada de nada. Si escribes algo y al revisarlo no tiras nada a la basura, cambias cosas o directamente sustituyes la intención, es que lo que has hecho sirve para lo mismo que cuando un fontanero te hace una reparación de “tente mientras cobro” o sea un gran chapuza.
No sé porque me parece que los gobiernos que tenemos últimamente en España nos los merecemos por carecer de sentimiento sanos y profundos en los temas fundamentales del ser humano. O esto o carecemos de sensibilidad. La verdad sea dicha cada día entiendo menos el país en que vivo. Es un lugar descreído, pero no solo en religión o política. Es descreído en si mismo, sin intención de futuro. Opaco, caído, sin pena ni gloria, sin ganas de hacer esfuerzos por estar en un lugar respetable y colaborar con los demás. Nuestro país, el de todos, no una entelequia. En el pasado, he sentido ese sentimiento de admiración de muchos Norteamericanos, ante sus soldados volviendo de conflictos con orgullo. Aquí eso no se ve.