
«Cailleach Bérrie la diosa del Invierno es, según la mitología celta, la diosa encargada de crear los paisajes montañosos de toda Escocia»
Escocia es una tierra plagada de leyendas. El folklore escocés es famoso por albergar historias de criaturas sobrenaturales que, a modo de tenebrosos relatos, deberían ser contadas bajo un cielo plagado de estrellas y alrededor de una confortante hoguera.
Cailleach Bérrie la diosa del Invierno es, según la mitología celta, la diosa encargada de crear los paisajes montañosos de toda Escocia. Sus seguidores afirman con rotundidad que creó dicho relieve a su antojo, moldeando los picos y las colinas a golpe de martillo para que le fuera más cómodo transitar por ellos. Es representada por una anciana de piel azulada, con un único ojo justo en el centro de su frente, una imagen ya de por sí terrorífica a la que añadir una dentadura de oso y unos colmillos de jabalí.
Ataviada con viejos harapos, un delantal y una capa de tela escocesa representa el poder del frío, la oscuridad y el invierno. Según la tradición celta habita en la montaña de Ben Cruachan, una de las más altas de toda Escocia. Poco antes de que llegue el invierno acude al golfo de Corryvreckan, una peligrosa zona con constantes corrientes marinas y grandes remolinos, para lavar su manto provocando así fuertes temporales de viento y lluvia.
«Cailleach Bérrie va rejuveneciendo con la marcha del frío hasta convertirse en Brigit llegada la primavera, por lo que la diosa del frío y la diosa del fuego podrían ser una misma»
Según algunas creencias es la protectora de animales nocturnos como jabalíes o lobos, atacando a los cazadores que intentan acabar con ellos. También afirma la leyenda que posee una varita mágica de acebo, con la que marchita las hojas que caen de los árboles en otoño.
A pesar de que se encuentra más activa en los meses de Diciembre y Enero Cailleach Bérrie gobierna la mitad oscura del año, concretamente desde Samhain hasta Beltane. La llegada de los meses en que las temperaturas se suavizan provoca su debilidad y su pérdida de poderes, cediendo su reinado a Brigit, la doncella de la primavera y diosa del fuego, hasta que llegado el mes de Mayo acaba por convertirse en piedra aguardando la llegada del siguiente invierno.

«Para los irlandeses la diosa del invierno es un ser benéfico y protector, ya que protege a los animales durante los meses más fríos del año»
A pesar de que la leyenda asegura la existencia de ambas también existe una creencia que pone en duda esta parte de la tradición. Según esta versión del relato Cailleach Bérrie va rejuveneciendo con la marcha del frío hasta convertirse en Brigit llegada la primavera, por lo que la diosa del frío y la diosa del fuego podrían ser una misma.
Cailleach Bérrie está considerada de muy diferentes maneras por los distintos países del Reino Unido. Para los irlandeses la diosa del invierno es un ser benéfico y protector, ya que protege a los animales durante los meses más fríos del año. Los ingleses tienen un punto de vista completamente opuesto, ven a la Bruja azul como un espíritu maligno que altera las condiciones climatológicas a su antojo y que no permite el libre desarrollo de la naturaleza. Los escoceses por su parte la admiran como una deidad invernal, creadora de los hermosos paisajes invernales del país y por lo tanto de parte del encanto especial que tiene Escocia.
También existen diferentes creencias acerca de sus poderes. Algunos pueblos creen que es capaz de predecir el clima, de dar protección a los animales que viven en los bosques y de incluso llegar a convertirse en ellos. Otros aseguran que es capaz de tomar un aspecto físico joven y bello, con el cual seducir a leñadores y a los habitantes de las aldeas más recónditas de los parajes de Escocia.
Preciosa leyenda, contada con gran maestría.