«Contra Celso — Contra Sánchez». Por Teresita Ávila

  1. Poder evocador de un nombre. Los cristianos mueren antes que dar a Dios el nombre de Zeus
Y acaso no sea menor el peligro de aplicar el nombre de Dios o del bien a lo que no se debe, que el invertir los nombres que tienen una razón secreta, y aplicar los nombres de lo inferior a lo superior, y los de lo superior a lo inferior.
Orígenes, Contra Celso
Contra Sánchez

«Contra Sánchez me uno al sentir de quienes piensan en que —aunque en tiempo de descuento— todavía es posible detenerlo»

Un golpe en la mesa, en el teclado, contra el traidor de La Moncloa puede no ser suficiente. La gravedad de la situación reclama que las campanas toquen a rebato y que, cada quién, se sitúe en la casilla del tablero que le ha sido asignada y desde allí anticipe la perspectiva, el dibujo que destaque si su acción u omisión puede condenar al conjunto. Es necesario citar el artículo de David Cerdá Comer de otra cosa en el que pregunta sobre el retrato, la foto, de todas esas personas que han de traicionarse y perder su dignidad y levantarse a aclamar a su líder en sincronizada coreografía. ¿Qué hace que una persona se pierda el respeto de esa manera?

Pero, por encima de todo, es imperativo reflexionar en cuanto se ha hecho mal, por qué hemos llegado hasta aquí, hasta la existencia de conceptos como el sanchismo, y la de algunas denominaciones, muy merecidas, que evidencian la catadura moral del ‘querido’ personaje, como Su Sanchidad o el FelónNo ha surgido por casualidad esta ruta que conduce al precipicio, no nos llamemos a engaño y tapemos con una venda las realidades incómodas que uno desearía mantener ocultas para siempre. Al extremo se llega desde un punto de partida y, como reza un conocido dicho español, Quien no tiene padrino, no se bautiza. De este modo, el delfín de Carlos Westendorp inició su preparación para ocupar el inquilinato del palacio presidencial en los años 90:

Cuando el presidente del Gobierno tenía 24 años, el matrimonio Westendorp le daba algunas noches de cenar en Nueva York. [El País, Los padrinos del presidente]

Asimismo, le enseñó a negociar con “culo de hierro” [El Español  Carlos Westendorp, tras su entrevista con este periódico, en una céntrica calle de Madrid]

El hombre que supo ser invisible hasta 2016, tras la intentona de hacerse con las riendas del partido [La RazónEl fallido pucherazo de Sánchez con unas urnas sin control provocó su caída], que hizo necesario un rotundo posicionamiento de El País con un demoledor editorial titulado Salvar al PSOE, —La salida del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, forzado por la dimisión este miércoles de una mayoría de su comisión ejecutiva, es imprescindible cuyas palabras, después de verse expuesto ante la militancia con la evidencia de pucherazo y fraude fueron «Mis padres me enseñaron que lo más importante es sostener la palabra (…), y lo he hecho con firmes convicciones», [InfoLibre Pedro Sánchez pierde el Comité y dimite] hoy, contra todo pronóstico, ha logrado deshacerse de sus enemigos políticos —El mejor ejemplo es la reciente expulsión de Nicolás Redondo Terreros «por menospreciar las siglas» [Antonio Elorza, ¡Salvar al Psoe! The Objective ] — y mantenerse a flote, aferrado al único bote salvavidas mientras arroja a la escollera y condena a la ruina a esta otrora gran nación llamada España.

Y no, de ninguna manera es un hombre solo, un alacrán que se revuelve amenazado. Sánchez es mucho más que un producto: el resultado natural, la criatura surgida del abismo, el hijo de un dios menor —tal vez un diablo— invocado sin conocer el alcance, sin demasiada conciencia. Y así me uno al sentir de quienes piensan en que —aunque en tiempo de descuento— todavía es posible detenerlo.

Las sucesivas bellaquerías cometidas por el Partido del puño y la rosa (la flor habrá sido por lo de disimular el hedor) han ido dejando un triste reguero de recuerdos —o un poco menos según quiénes se beneficiasen en su momento— fácilmente rescatable en la hemeroteca. Enric Juliana [La Vanguardia, Cuando el PSOE decía: ¡Autodeterminación!] celebraba en 2013 la ‘modernidad’ del partido cuando en Suresnes, año 1974, se trató el asunto de la determinación de las nacionalidades de España:

Estamos hablando en serio: derecho de autodeterminación de las nacionalidades de España. Ese era uno de los puntos centrales del programa del PSOE renovado en 1974. Claro, preciso y contundente. Tan contundente que estuvo a punto de proclamar la autodeterminación para todos.

La propuesta para vertebrar la según ellos compleja realidad territorial se articuló en cuatro puntos:

1) La definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español.

2) Al analizar el problema de las diversas nacionalidades el PSOE no lo hace desde una perspectiva interclasista del conjunto de la población de cada nacionalidad sino desde una formulación de estrategia de clase, que implica que el ejercicio especifico del derecho de autodeterminación para el PSOE se enmarca dentro del contexto de la lucha de clases y del proceso histórico de la clase trabajadora en lucha por su completa emancipación.

3) El PSOE se pronuncia por la constitución de una República Federal de las nacionalidades que integran el Estado español por considerar que esta estructura estatal permite el pleno reconocimiento de las peculiaridades de cada nacionalidad y su autogobierno a la vez que salvaguarda la unidad de la clase trabajadora de los diversos pueblos que integran el Estado español.

4) El PSOE reconoce igualmente la existencia de otras regiones diferenciadas que por sus especiales características podrán establecer órganos e instituciones adecuadas a sus peculiaridades.

Recuerda Juliana que la renovación del PSOE en las figuras de Felipe González‘Isidoro’, y de Alfonso Guerra en aquel congreso histórico —que contó con la presencia de Willy Brand, François Mitterrand y Bruno Pittermann— fue posible gracias a los recursos más sagaces para hacerse con el control. No obstante, también los acusa de su temprano acomodo a las circunstancias.

La historia de un partido cuya verdadera esencia es globalista, al servicio de intereses ajenos a los de nuestra nación, la conocemos bien. La primera puñalada asestada a la todavía-no-muerta-nación tuvo como autor a Felipe González y se llamó reconversión industrial, el mayor desmantelamiento de la industria nacional que condenó al paro a más de 83.000 empleados de sectores como la siderurgia, la minería, el textil y la construcción naval. «Me gustaría que todos los españoles hicieran un esfuerzo de comprensión para darse cuenta de la necesidad de proceder a una reconversión industrial, que es fundamental para nuestra puesta al día europea, entremos o no en el Mercado Común». [El PaísFelipe González afirma que la reconversión industrial «es fundamental para nuestra puesta al día» con Europa] Bajo el paraguas de la modernidad y el progreso, términos invocados como fórmula mágica para detener el chaparrón de las críticas, el PSOE ha vadeado cauces que parecían impracticables.

El infame Rodríguez Zapatero, ascendido a presidente por sorpresa tras el mayor atentado cometido en la historia de España, contribuyó a la ruina de nuestro país por su constante y soez despilfarro que tuvo como consecuencia, unos años después, la aplicación de los recortes que permitieran el ahorro de los 15.000 millones de euros que Europa le exigía:

Un sólo voto en el Congreso permitió al gobierno de España llevar adelante el grupo de medidas más duras de los últimas décadas en un intento de reducir el déficit presupuestario, atajar la crisis económica y dar confianza a los mercados. [BBC News, España aprueba los recortes más duros de su democracia]

Todo nos ha traído hasta el absurdo de la investidura de Sánchez como presidente, después de una sospechosa convocatoria de elecciones en pleno estío, con la negociación de una amnistía negada y confirmada con la compra de los siete votos necesarios para los que no ha regateado un precio muy alto, y no solo se trata de economía:

Sánchez acuerda con ERC perdonar 15.000 millones de deuda a Cataluña a cambio de su investidura

Con mimbres como estos, no puede hacerse un buen cesto. Al igual que el caracol deja la huella visible de su baba, la única línea coherente de esa deriva en la autocracia que hoy padecemos —encarnada en la neroniana figura de Sánchez— muestra un olímpico desprecio y una traición dignos de estudio a unas bases sociales que lo han sostenido, víctimas constantes abocadas a una vida precaria, al subsidio, a la ignorancia, a la degradación de la vida civil, al desamparo de sus mayores, a la privación del consuelo de la familia, a la subversión de un igualitarismo rastrero. Y, posiblemente, a la incomodidad de saberse, en el fondo, utilizadas vilmente por una casta política cortijera que, además, se ha aliado encantada con los pistoleros y con los pirómanos de España, ay, esta España mía, esta España nuestra.

Teresita A.

Mi nombre tiene una historia detrás. La culpa no fue del cha-cha-chá -como cantaba Jaime Urrutia- sino de un "accidente burocrático". Nací en Logroño y pasé mi adolescencia en un lugar de cuyo nombre siempre me acordaré. Mis banderas son el humor cervantino y la retranca de Miguel Delibes -a quien tuve el honor de conocer, ya que soy autora de un libro cuya fuente exclusiva es su obra: Fórmulas de tratamiento en la narrativa de Miguel Delibes-. Las vocaciones -al contrario que las casualidades- existen y se persiguen, como los sueños. Y los míos siempre tuvieron en el foco darle a la tecla y escribir. Además, ejerzo como profesora en un instituto vallisoletano.

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