
Recuerdo hoy, cuando La Audiencia Nacional devuelve a Marta Domínguez su condición de deportista de alto nivel que gracias a mi viejo oficio conocí a casi todos los atletas, médicos, entrenadores y ejecutivos que cotidianamente nos muestran los medios de comunicación cuando por ejemplo hablan de la denominada «Operación Galgo» contra el dopaje. Y sus opiniones públicas me desesperan. Y es que parece que aquí son muchos los bienpensantes que abrigados con la razón de la limpieza ética y armados de auto complacencia, escupen en la memoria de los acusados.
Con Paquillo he reído gracias a sus chistes y bromas en Guadix, su ciudad natal. De Marta Domínguez nunca olvidaré su emoción al relatarme en su casa de Palencia qué significaba emocionalmente para ella la «cinta de pelo rosa» y su fuerza de voluntad para superar sus baches y caídas. Eufemiano Fuentes está asociado en mis recuerdos con el raciocinio del científico especializado en los límites físicos del hombre.

Y por todo ello me viene a la memoria la tarde que entrevisté a la velocista Marion Jones en Sevilla en el mundial de 1999. Le besé la mano como muestra de educación e intuí en sus ojos la satisfacción del reconocimiento. Era una supercampeona mundial. Hoy es un juguete roto, en libertad condicional, y estoy convencido que muchos «hombres de bien» que hasta ayer ganaron dinero con ella, le habrán escupido en su cara para despreciarla por drogadicta.

Recuerdo que para acceder a la por entonces heroína del deporte, contacté con su patrocinador que por entonces era la marca Adidas. Descubrí lo fácil que es conseguir algunas entrevistas en el periodismo deportivo si cultivas la pomada y el peso que tiene aquí la publicidad, el poderío del dinero, los medios de comunicación y el «show business» en definitiva.

Así que no acabo de entender las declaraciones de los atletas buenos, los que no hacen trampas, según su propia definición. ¿Es qué esta buena gente, tn políticamente correcta, nunca ha oído hablar de qué significa hipocresía social? ¿Acaso ellos no se desayunan todas las mañanas con los «productos dopantes» que están aceptados en el catalogo nacional de sustancias permitidas? Olvidan me imagino que el deporte está controlado por unas organizaciones que les exigen, en directo y ante millones de tele espectadores, bajar una décima en la carrera, saltar un centímetro más o subir pedaleando el pico mas alto de los Alpes.
Y es que no logro olvidar las palabras del italiano Pantani, otro de los casos de dopaje mas sonado de la historia: «¿Es qué acaso quieren que subamos esas montañas desayunando pan con mantequilla?» Al potente corredor italiano no le ayudaron demasiado antes de que apareciera cadáver en un hotel de la localidad de Rimini, La autopsia reveló sobredosis de cocaína.
Suicidio o asesinato. En Italia todavía debaten sobre ello. Porque, en esencia, … . ¿Qué practicas científicas son legales y cuáles otras no?. Creo que las respuestas están en el territorio de nadie de la frontera ética: Un amplio espacio rellenado con toneladas de hipocresía social. Todos sabemos que el deporte de élite es el factor de riesgo más importante, per se, para las lesiones graves que pueden llegar hasta la minusvalía y la muerte. Como las drogas y el dopaje.
Efectivamente hay mucha EPOcresia en la EPopeya dEPOrtiva
Magnífica denuncia de una gran problema en el deporte de èlite. Y no sólo en el deporte. Esta hipocresìa rampante es casi tan perniciosa como el propio dopaje.