
«Descubro ahora que al igual que, Blaise Cendrars, escritor maldito por impublicado, se apasionó por el «arte del encuentro» que significa el Viaje, cultivó la amistad
Agazapado del frío, y sin mi sillón de lectura, que me robó un primo hermano que no ha leído un libro, releo a Blaise Cendrars. Poeta, viajero, cineasta, cabo de la Legión Extranjera, empresario, traficante de perlas, periodista, aventurero… llegó a ejercer más de treinta profesiones, y cuando murió dejó en su baúl, un idéntico número de novelas sin acabar.
Descubro ahora que al igual que, este escritor maldito por impublicado, se apasionó por el «arte del encuentro» que significa el Viaje, cultivó la amistad. Fue amigo de bandidos, asesinos, revolucionarios y grandes literatos. Henry Miller escribió un texto titulado «Homenaje a Blaise Cendrars». En él se puede leer: «Muchos dirían que es excesivamente generoso. Yo no emplearía la palabra generoso con respecto a Cendrars. Está más allá de eso. Es una fuerza vital, un impulso ciego y despiadado, más próximo a la naturaleza que al hombre. Es tierno y cruel al mismo tiempo. Es antinómico. Y siempre, únicamente, él mismo, siempre Blaise Cendrars únicamente.»
He cerrado el que está considerado como primer reportaje poético de la historia del periodismo y la literatura. Se titula «Ron. La aventura de Jean Galmot.» Y con sus últimos párrafos, dedicados al amor, mi cabeza se ha vuelto a llenar de pájaros. Además, esta noche, he soñado con aventuras al límite. Acción y aventura, que en su esencia, significan para el poeta, el único terreno donde el hombre se realiza a sí mismo. La literatura viene después, como los notarios, para dar expresión de esa aventura, el verdadero hecho de la vida, y lo eterniza.
He recordado, además, con sus frases, a mis viejos compañeros del oficio del periodismo. Ensoñación sin nostalgia. En la página 37 dice: El periodismo conduce a todo, siempre que se salga de él.
Gracias por este pensamiento dirigido a Blaise Cendrars, viajero , poeta , novelista y compañero de muchos artistas de su epoca, sobretodo franceses. El retrato que Modigliani hace a su amigo Blaise es genial.
Amigo Manuel veo que sigues siendo una caja de sorpresas. Ya nos unió Maqroll el Gaviero del genial Mutis, pero ahora que nos una Blaise me parece la rehostia. Siempre leí a Cendrars porque siempre quise ser Cendrars. Ahora, practicamente sólo leo a Cendrars. «El hombre fulminado» y «Moravagine», para mí, dos de las mejores novelas del siglo XX, marcaron gran parte del camino, que en numerosas ocasiones hicimos juntos. Tu Paseata me sorprende con la «Poesía completa» de nuestro amigo en las manos. En este mundo que vivimos ya no quedan tipos como Blaise, nosotros somos unos privilegiados, porque al menos, nos parecimos un poquito a él, sí, en algunas cosas sí…cuando nos alimentábamos de vida con aquel trabajo maravilloso. Manuel, amigo, aprovecho para desearte una Feliz Navidad con Marisiña y tus hijos y que el 2017 nos traiga un puñado de Baise Cendrars. Besos.