(III) Saber de ETA es advertir que no está acabada, tan solo derrotada por las fuerzas de seguridad del Estado

«Escribir sobre ETA es sufrir el recuerdo de décadas de dolor y amargura. Es recordar los atroces asesinatos perpetrados por esa infame banda terrorista vasca»
Escribir sobre ETA es sufrir el recuerdo de décadas de dolor y amargura. Es recordar los atroces asesinatos perpetrados por esa infame banda terrorista vasca. La simple imagen de sus crímenes están presentes en la retina de la gente de bien, a causa del odio acumulado por unos descerebrados que, sin justificación, se dedicaron a matar a cientos de personas inocentes.
«Saber de ETA es comprobar el primoroso comportamiento de las familias afectadas, que nunca buscaron tomarse la justicia por su mano»
Saber de ETA es comprobar el primoroso comportamiento de las familias afectadas, que nunca buscaron tomarse la justicia por su mano, dando un ejemplo excelso de su bondad .Nunca intentaron resolver el asunto de forma violenta. Solo han pedido MEMORIA, DIGNIDAD Y JUSTICIA. Pensar en ETA es rememorar el cruel legado de esa banda criminal y de una mayoría del clero vasco que les apoyaron durante largos años. Ahora piden perdón ,pero lo hecho por estos curas y obispos quedará para siempre en la conciencia de la Iglesia española. Pasarán muchos lustros para que el pueblo español les absuelva de sus acciones. Su incondicional apuesta por la banda ETA, no tiene ni tendrá justificación alguna. Como tampoco la tiene el ofrecido por el PNV, aliado en simbiosis sólido con los etarras.
Hablar de ETA es no olvidar que una gran parte cobarde del pueblo vasco estuvo a favor de las tesis etarras, como demostraban habitualmente con masivas manifestaciones y homenajes a los asesinos. Aún en la actualidad se siguen celebrando esos homenajes a ratas malditas.
Saber de ETA es advertir que no está acabada, tan solo derrotada por las fuerzas de seguridad del Estado y, sobre todo, por la firme actitud de la ciudadanía española. No se olvide que han conseguido su propósito de estar en la instituciones políticas, merced a la abulia y debilidad de los responsables políticos.
Recordar que alimañas como Bolinaga, salió de prisión ante la indignación general. Es solo un ejemplo. En suma,es dar testimonio veraz del comportamiento cruel y despiadado de una organización terrorista sin escrúpulos que atemorizó. Una mancha para la historia de España. Pero la memoria colectiva no olvidará jamás su terrible terrorismo y seguirá luchando para que estos asesinos desaparezcan totalmente y queden fuera de las instituciones vascas. Pero tienen todavía al PNV, que sigue recogiendo las castañas caídas del árbol.