La guayabera o el traje: De la superioridad moral de la izquierda para destruir España. Por Manuel Artero

Miguel Reneses luce cuayabera
Miguel Reneses luce cuayabera

«Unos se han calzado la guayabera y otros el traje, y así, disfrazados mentalmente, de izquierdas y derechas, se han jurado odio eterno»

Lo peor de mi viaje a Canarias ha sido el comprobar que viejos amigos y colegas, compañeros de aventuras y experiencias, a día de hoy no se hablan por ideología. Unos se han calzado la guayabera y otros el traje, y así, disfrazados mentalmente, de izquierdas y derechas, se han jurado odio eterno. Y es triste asumir la introspección porque creo que la epidemia se ha extendido por cada metro cuadrado de nuestras fronteras, por cierto calumniadas por los que visten los trajes folclóricos hasta para ir a dormir.

 

En La Laguna, conozco, y aguanto en la visita guiada, a una funcionaria municipal de turismo que entre líneas nos reprocha a los godos la matanza de los guanches y aspira a que la Comunidad Canaria reciba subvenciones para la creación de una lengua vernácula y que sea asignatura obligada en los institutos. Así dice, no se perderían palabras tan canarias como zarcillo o gaveta. Mas tarde, tras comer en una guachinche de La Orotava, en mi ascensión al Teide, leo en cada cartel de la carretera el eslogan manuscrito: «Canarias is not Spain» e imagino que la responsable de las pintadas ha sido la funcionaria haciendo patria en esas «horas muertas» en las que hasta es posible escaparse del trabajo.

Y claro está, afirmar que la culpa la tiene la izquierda trasnochada, parece  chiste gastado, y frase hecha. Pero atrás quedan el pacto del Tinell, aquel eslogan «presidencial» de que el gobierno de PSOE no podía pactar ningún acuerdo económico con el PP por cuestiones ideológicas y tantas otras barbaridades que el académico Arturo Pérez Reverte ha descrito con precisión en la entrega titulada «Sobre imbéciles y malvados» . Subrayo una de sus frases que aclara con precisión la culpabilidad del irresponsable mas allá de los chistes: «Usted ha envenenado la convivencia al utilizar, a falta de ideología propia, viejos rencores históricos como factor de coherencia interna y propaganda pública«.

Tierra de Barros en Extremadura

«Lo viví personalmente en mi último encuentro con el amigo Macaón, el filósofo socialista con guayabera sentimental»

Lo viví personalmente en mi último encuentro con el amigo Macaón, el filósofo socialista. Con guayabera sentimental me decía tras el resultado de las últimas elecciones municipales y autonómicas que nunca comprendería el porqué los extremeños de Izquierda Unida iban a dejar al PP gobernar Extremadura. Con impecable traje liberal yo le contestaba que aunque ningún periódico informaba  al respecto, una de las claves estaba en el proyecto de refinería de Tierra de Barros.

La Refinería Balboa de El Grupo Alfonso Gallardo, amigo de Rodríguez Ibarra

«Los izquierdistas extremeños llevaban unos años manifestando en la calle su no a la refinería y apoyar al PSOE significaba firmar el Visto Bueno al Proyecto industrial»

La Refinería Balboa de El Grupo Alfonso Gallardo, amigo de Rodríguez Ibarra y los socialistas. Añadí, que más allá de los sentimientos inoculados, los izquierdistas extremeños llevaban unos años manifestando en la calle su no a la refinería y apoyar al PSOE significaba firmar el Visto Bueno al Proyecto industrial, y que además, todos los votantes de IU sabían entonces  que Felipe González sustituyó al científico Ginés Morata, premio Príncipe de Asturias en el mando del Parque de Doñana a finales del 2009 y desde esa fecha bendijo el oleoducto que obligatoriamente debe pasar por el parque, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.

Y más allá de las razones económicas que los socialistas vilipendiaron, Macaón me contestó que era cuestión de corazón, de sentimientos y de superior bonhomía. Que el prefería la guayabera al traje porque era mejor que yo. Entonces yo me acordé de la guayabera física y mental que lució el comisario político Reneses en aquellos días de Junio en los que fue a imponer a los electores izquierdistas sus «ideas sentimentales».

Manuel Artero Rueda

Manuel Artero Rueda ha dedicado toda su vida profesional a la televisión en la empresa pública RTVE donde, en los últimos veinte años, y después de haber trabajado como ayudante de producción y realización. ha realizado su oficio de periodista como reportero en el programa Informe Semanal, para el que ha realizado mas de trescientos reportajes. Licenciado por la Universidad Complutense, es autor del libro "El reportaje para televisión un guiño a la noticia" , un práctico temario con el que ha impartido clases tanto en el Instituto Oficial de RTVE como en el máster de periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos. Desde el ERE inventado por Zapatero para TVE, dedica su esfuerzo y trabajo esta "La Paseata" un sencillo blog personal que con el paso de los últimos años, se ha convertido en una modesta revista electrónica en la que colaboran un grupo de amigos a los que une el amor a España.

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3 comentarios

  1. Y qué razón tienes sobre la nacionalista canaria que después de dos días de convencer a mi adolescente de 15 años para que madrugara en pos de la culturización y escuchara de los implicados la historia de su ciudad, se llevó un gran chasco porque la guía turística prefirió ondear su peculiar interpretación de la historia, nos dejó con la miel en los labios sin saber que cristianos habían edificado aquellos preciosos ejemplos de arquitectura, quien sabe incluso alguno de los supervivientes guanches fue listo y trabajó en la empresa en lugar de dejarse llevar por el orgullo y además si no quedó ninguno, de quién es la funcionaria descenciente. No contenta con eso nos colocó a todos los despistados peninsulares, contra la pared en un callejón con un biruji del demonio durante quince minutos para hablarnos del tiempo atmosférico y fusilarnos metalmente al amanecer -de paso- y en fín que sólo espero que no le esté pagando el Ministerio de Cultura o de Turismo de España porque de verdad no se lo merece, con lo hermosa que es la lengua española y entrar en la civilización. UNA QUE ALLÍ ESTUVO

  2. El rincón de las paradojas: ¿cómo es posible que un escritor que ha machacado para décadas, tal vez de manera irreversible, la buena imagen de España en el exterior -la que pudimos elaborar hace 35 años y no llegó a ser por culpa de gente como él y los que le han reido las gracias- pase por ser el adalid de España y se atreva a lanzar esa serie de exabruptos sobre el ya ex-presidente?
    Aquí viene muy a mano aquello de «aparta que me manchas de grasa, le dijo la sarten al cazo».
    Entre tanto toda crítica al gran prohombre murciano perseguida y desterrada. Unánime aplauso a su falseamiento neofranquista de la historia de España que ha contribuido tanto o más que el señor Rodríguez Zapatwero a reforzar a la Derecha de mantilla y a que en Europa nos tomen por imbéciles.
    A la edición de 28 de octubre de 2011 de «El espigador digital» me remito. Piénsen en eso antes de ir a comprar su última novela estas Navidades. Mejor regalen «La sombra roja» que es gratis y en formato digital y, al menos, da un reflejo más exacto de lo que era España en el siglo XVII

  3. El olor de la guayaba. Plinio Apuleyo. Tantos recuerdos muy presentes. Equinoccio. 1986 1987. Acertaste con lo de la guayabera. Es triste distanciarse de amigos por mor de las ideologías y las logias, pero si un falso cazurro se pone a hacer experimentos sin titulación y en vez de gaseosa le aplauden las gracias es difícil mantener la amistad aunque en mi opinión debe intentarse, al menos un par de veces…pero es que son muy pelmazos! muy pelmazos! rencorosos…enfín… «granuhillas» que hacen poca compañía y uno acaba por echarse a los caminos en busca de otras, aún sabiendo lo dificultoso de la empresa. Un tipo que te envía propaganda electoral directamente a tu cuenta social sin preocuparse en años de si te va bien o mal ¿que pretende? ¿que vayas corriendo a votar a su compadre? Si es que son como niños, egoistas, pelmazos….¡ si al menos tuvieran gracia ! …o fueran los nuestros.

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