
«Me hace mucha gracia la gente a la que se le llena la boca de libertades, de democracia, haciendo bandera de su propiedad cuando en realidad el cieno les llega hasta las cencerretas y el hedor se extiende a kilómetros»
Con excesiva, alegre y frívola frecuencia se manosea la palabra democracia pero fundamentalmente se prostituye poniéndola al servicio de los objetivos empobrecedores y de control social más ruines.
Se nos habla de gestión, economía, ahorro, servicio a los más necesitados cuando se obra en sentido totalmente opuesto. Rajoy descendió someramente el número de cargos de libre designación de 663 que mantenía Zapatero a 644.
Vemos que con el gobierno del doctor Sánchez se vuelve a disparar de forma salvaje el número de altos cargos hasta tal punto que caben a duras penas en la mesa del Consejo de Ministros al haber disparado el número de altos cargos en un cuarenta por ciento más que el del presunto responsable de la muerte del perro Excalibur, un tal Rajoy. No podemos dejar de lado en la nómina numérica de paniaguados, probablemente tantos como ministros que jamás han trabajado, en número de asesores del gobierno que se ha visto incrementado en un 36,7 por ciento, llegando a 242, como si en los organismos estatales no hubiera funcionarios suficientemente formados y con espíritu de servicio ajeno a situaciones partidistas que podrían cumplir desde sus puestos las labores de asesoría sin aumentar el gasto.
Si acotamos el cálculo a los escalones más altos de la estructura como ministerios, secretarías de Estado, subsecretarías y sus respectivos asesores, a pesar de que existen otros altos cargos y más contrataciones de personal eventual, llegamos a la conclusión de que se augura un incremento de más de cinco millones con respecto al Gobierno de Mariano Rajoy de 2018 lo cual nos lleva a concluir que si la legislatura dura cuatro años, el montante sobrepasará alegremente los 20 millones de euros en total, pero además no para el bien de España sino para complacer a personas que están en contra del Rey, de la Constitución y de la unidad de España y que ahora manchan con desvergüenza la palabra patriotismo, gentuza que dejó dicho que no podían pronunciar la palabra España… pues ahí están cobrando un sueldo de todos nosotros.
Lo que resulta curioso que este gasto disparado con la crisis que se augura no produzca sonrojo ni críticas entre la clase política que manteniendo un sistema pesebril y de amiguetes como es el autonómico se permite hablar de crisis y peligro para la pensiones, se permite gastar el dinero en ayudas a quien no ha cotizado ni un euro, a la vez que se les niega respiradores a quienes han levantado lo que hoy tenemos diciendo que en otro país con peor calidad sanitaria ya habrían muerto (palabra de astronauta).
Veo todo esto con desazón cuando escucho a la primer ministro de Nueva Zelanda anunciando un recorte del 20 por ciento de los ingresos de todos los ministros y altos cargos.
Todo esto es alarmante incluso cuando alguien acusado de plagio en un doctorado en economía llega a ser presidente y por lo visto dice que le gustaría ser recordado como la persona que salvó la economía de España.

«Me voy a las Leyes de Indias, al Libro IV, Título IX dedicado a los Cabildos y Concejos»

«¡Qué clarito!, ¿verdad?. Más adelante en la Ley XII, se dice que los gobernadores no obliguen a que los votos de cabildo se escriban en papel suelto, ni firmen en blanco»

«En el Título X, se habla de un número concreto de regidores en función del número de habitantes para economizar…»

«Todo esto se escribía en el siglo XVI tras una experiencia de siglos de gestión municipal durante la Reconquista»