Suiza dijo No. Por Gusarapo

Suiza dijo No

 

«Suiza dijo no. Quieren luchar contra el llamado Cambio Climático, pero no quieren dañar al sector que mantiene y conserva el Medio Ambiente»

Supongo que si nombro a Suiza no habrá nadie que no sepa de qué estoy hablando. Suiza, un país montañoso y muy verde donde hay pasión por el queso y el chocolate, y donde proliferan las empresas financieras y de banca. El país de las vacas bicolores del anuncio de cierto chocolate…

Voy a dar unos datos que he recopilado y espero no estén equivocados para que se hagan una idea previa a lo que les voy a contar. Tiene una superficie de 41.290 Km2. Una población de 8.606.033 personas,  y una densidad de población de 208 habitantes por Km2.
Su capital es Berna. La moneda el Franco suizo.

Tiene una deuda del 39,22% del PIB, per cápita de 28.607€ euros por habitante. La renta per cápita es de 75.890€ euros por habitante (2020). El PIB agrario es del 0,7% (2020).

Vayamos a otro país que conocen bien, España.

España tiene una superficie de 505.935 Km2, una población de 47.351.567 personas, y tiene una densidad de población de 94 habitantes por Km2. La deuda es del 119,9% del PIB, per cápita de 28.414€ euros por habitante. La renta per cápita es de 23.640€ euros por habitante (2020). El PIB agrario es del 4,1% (2020). La población activa agraria es del 2,9% (2020).
La superficie agraria es del 53%.

Volvamos a Suiza.

El sector agrario suizo se sustenta sobre explotaciones agropecuarias pequeñas y de marcado carácter familiar. Además está muy condicionado por la orografía y el clima. La agricultura y la ganadería son lo que se considera como de alta montaña.

La superficie total dedicada a explotaciones agropecuarias es del 36%. El 8% aproximadamente son zonas urbanas y el 56% zonas forestales y otras de carácter improductivo. El porcentaje de población activa agraria es del 2,9 % (2020).

El sector agrícola es muy valorado por la población Suiza, que defiende la producción y consumo de los productos suizos frente a los foráneos. La Constitución reconoce su importancia por abastecimiento, fijación de población rural y por la conservación medioambiental.

Debido a la baja rentabilidad de las explotaciones por los condicionantes físicos, el Gobierno mantiene políticas de protección con subvenciones.

Los verdes pastos de valles y montañas son aprovechados fundamentalmente por el ganado bovino. Ejemplares de las razas Simmental-Fleckvieh, Herens y Parda Alpina, junto a otras minoritarias, pacen lentamente al son de los típicos cencerros suizos, los Senntumschellen.

Con la leche de estas vacas, unas 600 queserías  elaboran hasta 430 variedades de queso diferentes. Entre ellas, la más conocidas, Appenzeller, Emmentaler, Tête de Moine, Le Gruyère, Sbrinz, Raclette du Valais, L’Etivaz.

Las explotaciones de tipo ecológico son muy potenciadas y beneficiadas por las políticas de ayuda gubernamentales.

Suiza es una democracia participativa y somete a referéndum leyes y normas. El pasado día trece de junio, se sometieron a votación popular una nueva normativa sobre las emisiones de CO2, otra sobre restricciones al empleo de fitosanitarios e importaciones de productos alimenticios de terceros países que utilizasen los productos prohibidos, y una tercera sobre la retirada de subvenciones a los productores suizos que utilizasen los fitosanitarios prohibidos. En el primer caso, el 51,59% de los votantes rechazaron aplicar impuestos al diésel y al gas natural; tasas especiales a los billetes de avión con origen Suiza; tasas a las empresas de hidrocarburos por las emisiones de CO2 de los combustibles importados.
En el segundo caso, fue un 60,56 el porcentaje de votantes que rechazó la prohibición de fitosanitarios de síntesis y la prohibición de importación de productos que hubieran sido producidos con esos fitosanitarios.

En el tercer caso, el 60,68% de los votantes negaron la posibilidad de retirada de subvenciones a los agricultores que utilizasen fitosanitarios de síntesis en sus cultivos. Los votantes suizos consideraron que las restricciones, prohibiciones, tasas e impuestos incrementarían en gran medida los precios de los productos, perjudicando a su nivel adquisitivo. También que se perjudicaría a su querido sector primario y que se pondría en peligro la disponibilidad de alimentos.

Quieren luchar contra el llamado Cambio Climático, pero no quieren dañar al sector que mantiene y conserva el Medio Ambiente.

En Suiza se da gran importancia a los llamados productos ecológicos, y es uno de los países donde más se ha desarrollado la Permacultura, sistema que pretende diseñar ambientes sostenibles según el principio de trabajar con la naturaleza y no contra ella.

Un conocido permacultor suizo, Sepp Holzer, consiguió involucrar a importantes políticos en su proyecto de cambiar la forma de cultivar y producir.

Por eso son tan importantes esas decisiones de la sociedad suiza. Abogan por la sostenibilidad y la ecología, pero no a costa de sacrificar a agricultores, ganaderos, industria alimentaria y sus bolsillos.

En nuestro país, por el contrario, nuestras autoridades han decidido, sin informar ni debatir, y mucho menos sin recabar la opinión de los ciudadanos españoles, amparándose en nuestro sistema representativo, encarecer los productos energéticos, transformar los medios de transporte, establecer impuestos y tasas, y perjudicar a la agricultura y ganadería españolas.

Durante el confinamiento los niveles de contaminación se redujeron ostensiblemente, pero el Gobierno y los grupos ambientalistas han preferido no ver las evidencias. La agricultura y la ganadería no son el problema, son la solución.

No se puede pretender una gran dependencia de productos agrícolas y ganaderos de países terceros. Tampoco se puede arriesgar la producción nacional ante una eventual sequía o plaga. No se puede penalizar el consumo y la producción de un sector fundamental para la vida y a la vez favorecer el desarrollo de productos que provocan grandes emisiones en su fabricación.

Y de empobrecer a la población no digamos.
Tal vez el problema sea que no les importan las soluciones sino el negocio que se va a generar con su política «verde, resiliente y sostenible».

Gusarapo

Soy más de campo que las amapolas, y como pueden ver por mi fotografía, también soy rojo como ellas. Vivo en, por, para, dentro y del campo. Ayudo a satisfacer las necesidades alimenticias de la gente. Soy lo que ahora llaman un enemigo del planeta Tierra. Soy un loco de la naturaleza y de la vida.

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