Socialismo en vena. Por Unai Laño

Socialismo en vena. Ilustración de Linda Galmor

«O nos levantamos contra este socialismo en vena o cuando queramos darnos cuenta de nuestra situación será demasiado tarde»

¿De cuántos de ustedes se rieron, quitaron importancia o tacharon de poco cuerdos cuando allá por el 2014 nació el germen posteriormente encarnado y personificado en Podemos, al advertirles de las consecuencias económicas y sociales que se podrían derivar de la llegada de los comunistas al gobierno de la nación? Déjenme incluirme en primera persona. Fueron numerosos los compañeros tanto universitarios como personales que veían incomprensible captar la tenebrosa idea de volver a incorporar el racionamiento al más estilo chavista en un país europeo como España. Una vez más la desgraciada realidad supera con creces la ficción.

Amanecimos ayer con la escalofriante noticia, la cual relataba cómo el gobierno aprovechando la situación bélica internacional, pretextos que suele aprovechar esta gente para llevar a cabo sus miserables programas políticos en los peores momentos, ha aprobado que los supermercados puedan limitar las compras de los usuarios. Todo esto bajo el paraguas de «evitar el desabastecimiento de productos cuando existan circunstancias de fuerza mayor». Claro está, otorgándoles la potestad de que sean ellos los que determinen cuáles son esas circunstancias de fuerza mayor. Cuba amigos, Venezuela si lo prefieren o fíjense, incluso la autarquía franquista, esa de la que tanto parecen rehuir, pero a la cual se asemejan más que diferencian. Continuemos analizando la degradación de la democracia española evidenciando los últimos ejemplos acontecidos esta semana que tienen como único objetivo acabar con el régimen del 78 y la bolivarización de las instituciones españolas.

¿Qué cabe decir de un personaje tan “imparcial” como Dolores Delgado, fiscal general del estado, en el tan maravilloso ejercicio de sus funciones? Nada bueno. Son innumerables sus fechorías al frente de la fiscalía. Destaquemos su propuesta hace dos años de proponer a María Concepción Sabadell como representante de España en la Fiscalía Europea, la misma fiscal de la Gürtel que hemos sabido esta semana que se preocupa por un contrato de 50.000 euros al hermano de Díaz Ayuso para material sanitario, pero ignora subvenciones de millones de euros a compañías aéreas o maletas cargadas de oro. De casualidades y coincidencias la vida está llena. La corrupción judicial es de tal envergadura que cuando “Lola” fue elegida como fiscal general del Estado tras ser ministra de justicia, no tenía la categoría de Fiscal de Sala y con la ley actual, tras su cese tendría que volver como fiscal rasa de la Audiencia Nacional. Pero queridos lectores, se ve que son tantos los favores que le deben que han colado cierta reforma, la cual mediante su aprobación, será Fiscal de Sala en el Tribunal Supremo. Desfachatez sin límites.

¿Y que hablemos del poder legislativo? Si cuando a nuestro irrelevante internacionalmente Antonio no le gusta que lo tachen de “autócrata” en las Cortes, silva a su querida Batet para que lo borre del diario de sesiones pasándose por el mismísimo forro que las actas pertenecen al pueblo español, ya que recogen la voluntad de la expresión de los representantes elegidos por la ciudadanía y no son competencia de la presidenta de la cámara de eliminarlas porque al tirano no le gusten. Con razón, intentan premiar la ignorancia, la analfabetización y el desconocimiento en las aulas, buscando crear una sociedad de fieles ignorantes y analfabetos con derecho a voto, no sea que se formen ciudadanos críticos con el sistema que no voten socialismo.

Definitivamente, han hecho con España de su capa un sayo y nos han condenado a la más irrelevancia y hundimiento nacional, han corrompido y «putrefactado» todas las instituciones públicas que sustentan al estado y hecho suyas, instaurando tales redes clientelares apesebrando votos que nos serán difíciles en años de quitar. Han hundido al mundo rural y a las clases medias con el consuelo de depender de sus paguitas mensuales para subsistir, no teniendo más a donde aferrarse y asegurando su relección.

Españoles, o nos levantamos contra esta tiranía o cuando realmente queramos darnos cuenta de la situación sumida en la que estamos será demasiado tarde.

Unai L. Matas

Mi nombre es Unai Laño Matas, tengo 20 años y resido en el País Vasco, doblemente por ello español. Defensor del constitucionalismo y la unidad de España en estas tierras hacen que mi lucha se convierta en obligación más que afición. Siempre he considerado pilar básico fundamental la batalla cultural y la no sumisión ante la izquierda. El verdadero español no lucha porque odia, sino porque ama lo que tiene detrás.

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