
«Plegados a liturgia electoral que durará en su intensidad no menos de año y medio, el futuro es algo que se ve lejano ante la impenitencia del presente»
El futuro es aquel que se va tejiendo en el presente dando puntadas firmes que eviten, en lo posible, los desgarros en el porvenir. Pero esto, enunciado que cualquiera hace suyo, es realmente arduo de cumplir en la época, como la que vivimos, de atender lo urgente y orillar lo importante.
Las señales son claras, prácticamente, todo se ve por el prisma de los intereses y las consecuencias electorales. De rabiosa actualidad, estas segundas. El trueno que siguió a la tormenta de rayos, centellas y lluvia, como lo fue la pasada cita en Andalucía, aún esconde su eco en algunos de los rincones de la sede partidaria y de la propia Moncloa.
Y esto ocurriéndole a quien fuera el partido dominante en la voluntad de los andaluces durante décadas, quiere no decir poco, más bien mucho. Lo esperado fue ampliamente superado y sus consecuencias, inmediatas. Buena noticia con carácter de urgencia es la bajada del impuesto de la luz. Claro que, no son pocos los que piensan que vino por la derrota. Hay derrotas prácticas, parece ser y, aunque todas enseñan, algunas obligan. Recuperar el pulso, a veces, requiere, perder recaudación.
Intentar resucitar la llamada “mesa por el diálogo” con el independentismo catalán, es otra de las urgencias ahora que la debilidad, sin duda, vino debajo de Despeñaperros y en aras de no debilitar más aún ciertos y curiosos apoyos que soportan al gobierno de la nación.
Y citando la palabra resurrección es sinceramente, con todos los respetos a sus militantes y dirigentes, la que más se acopla y necesita a lo que le sucede a Ciudadanos, no la refundación. Ya se sabe que los partidos políticos, sus responsables, cambian tanto de principios como Groucho Marx a la hora de negociar, pero la indefinición es algo que se paga caro. Visto lo visto.
Sería curioso conocer, en estos tiempos de precariedad que para algunos de éxtasis (aunque como toda alteración del ánimo es temporal) que piensan los acudientes a esa gran cita de la OTAN que tendrá lugar próximamente en Madrid. Sobre todo por el hecho que uno de los socios principales en gobierno de España (organizador del evento) haya convocado una marcha contra lo que le da la razón de ser al cismático encuentro. Curioso, sí.
Y así, entre otras circunstancias y acontecimientos, plegados a liturgia electoral y que durará en su intensidad no menos de año y medio, el futuro es algo que se ve lejano ante la impenitencia del presente. Procastinar es un verbo transitivo que se conjuga con fruición en tiempos de tribulación.