¿Pero no era tan igualitaria esta sociedad? Por Rodolfo Arévalo

¿Pero no era tan igualitaria esta sociedad? Ilustración de Linda Galmor

«¿Pero no era tan bonita esta sociedad democrática y libre que nos habíamos buscado? ¿Pero no era tan igualitaria?»

Llevo unos días sin decir esta boca es mía, de mi padre o de mi tía Rita, la que va y me critica. Sorprendido estoy por el arte de una tomatera que plantó hace unos días mi mujer, en un tiesto en el balcón, y que hoy he visto tornar en productora de tomates. Es curioso ver como, en unos instantes, a la luz de los eones, una plántula “desaboría” puede transformarse en una suministradora de tomates, por ahora medianos de calibre, pero grandes para mi espíritu que se debate entre calores veraniegos más que aplastantes.

Vaya que “desagerao” dirán algunos. Probablemente no les falte razón. Pero es que cuando tu sentir es penoso, sudoroso y asqueroso y solo te quedan fuerzas para arrastrar tu carnal anatomía bajo la ducha, mejor templada que fría, para que al salir mueras de lo que adoleces, de frío, solo el giro de las llaves que abren el agua fría y la caliente, el lograr la media requerida, se transforma en un ejercicio placentero, que notas al instante en las plantas de tus pies, anegadas por el líquido fresco. Ejercicio este del giro de las llaves del agua, que en el caluroso día veraniego, es el único por hacer, es placentero en grado sumo. Y luego sin pasar por el secado, ni de toalla, ni de ningún otro tipo, notar el fresco que alrededor de ti mueve el aire que desplazas, hasta tumbarte en la cama panza arriba sobre la que el aire del ventilador golpea con frescura tu piel. Helada ésta está durante unos instantes que agradeces y que te permiten conciliar una breve siesta para descansar y hacerte vagar por algunas playas del caribe de las que difícilmente podrás disfrutar más de un par de veces por vida.

Tampoco hay que ser acaparador y con tener la posibilidad de acercarse a una piscina a rezongar unos instantes basta, para qué querer más. Si algo bueno tienen las vacaciones de verano es eso, no tener preocupaciones de ningún tipo, salvo que no sea, cómo y cual es la mejor hora para bajar a nadar. El verano es lento, aburrido, apático, caluroso y a veces hasta deseado después del laborioso invierno primavera.

El problema del verano, cada vez se reduce más a no saber dónde ir con lo poco que tienes para vacaciones. Siempre han dicho desde los gobiernos que el ahorro de los Españoles aumentaba y tu ¡tonto de ti!, casi lo llegaste a tomar como dogma de fe. ¿Pero quién se puede ir de vacaciones, con la familia, aunque sea una semana a la playa? No creo que mucha gente, salvo que en la familia trabajen las dos personas del matrimonio y que tengan unos sueldos por encima de los dos mil euros como poco.

Dirán, los empresarios hoteleros, que sus gastos aumentan de año en año que cada vez los empleados cobran más y un sinfín de otras cosas. ¡Bien! Eso también me pasa a mí que ahora me pagan la pensión y que con lo que gana mi mujer, casi no llega a cumplir a fin de mes. De hecho llegar a mediados de mes se esta poniendo por las nubes, más teniendo a un estudiante en casa.

No sé como hay empresas de formación que han llegado a sacar los pies del tiesto y las carreras que hace veinte años podías cursar por la matrícula hoy día se llevan setecientos o novecientos euros al mes. Pensarán que el estudiante ya ganará ese dinero una vez comience a trabajar, bien. Pero no es del todo verdad, ese dinero, solo lo ganarán algunos muy bien colocados desde salida. Los demás seguirán tirando durante cuatro años más del presupuesto familiar que no llega a mediados de mes y es entonces cuando yo me pregunto ¿pero no era tan bonita esta sociedad democrática que nos habíamos buscado? ¿Pero no era tan igualitaria? ¿Pero es que no hay otros caminos que no sean pagar, pagar y pagar cantidades exorbitantes que muy pocos pueden pagar?

No sé, estoy hecho un completo lío pero da igual, con lo sudado que me tiene el calor, el gobierno, alguna gente, algunos políticos de relumbrón y Lorenzo el Sol, me da absolutamente igual. Si llegamos llegaremos y sino que les den por culo a todos, lo merecen por no tener que sufrir los rigores del verano sin aire acondicionado. Criticamos todo y no somos conscientes de lo mucho que en realidad tenemos. Ya sé que parece nada, pero el mero hecho de vivir en una parte del mundo que está de acuerdo con las normas de derechos humanos, unas economías pasables para sobrevivir y la oportunidad de que nuestros hijos estudien a su gusto, aunque cueste bastante de nuestro presupuesto, es algo que no podemos negar, por mucho calor que suframos que nos haga perder la cordura y la amabilidad en fin, nada.

Vaya que estamos en un verano muy caluroso y que es previsible que traiga un otoño bastante movido para algún gobierno, de hecho ya se les está meneando en suelo bajo las piernas y es que es lo que tiene querer ser el gran yoyó y no haber previsto que hay lastre que soltar para poder seguir por las alturas sino se hizo a tiempo todos en globo o no tenderemos a bajar y sin duda lastraremos los vuelos a cualquiera por muy chuleta que uno se crea. Por eso llevo unos días sin decir esta boca es mía, de mi padre o de mi tía Rita, la que va y me critica. Sorprendido estoy por el arte de una tomatera que plantó hace unos días mi mujer y que hoy he visto tornar en productora de tomates. Es curioso comprobar, como bastan unos días, para que una planta “desaboría” se transforme en una suministradora de tomates, por ahora medianos de calibre, pero grandes para mi espíritu que se debate entre calores veraniegos más que aplastantes. Vaya que “desagerao” dirán algunos.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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