Cruda y frágil belleza. Por Antonio Ramírez

Cruda y frágil belleza.

«En mares salvajes es una epopeya que nos viene a recordar toda la cruda y frágil bellza que tiene nuestro mundo y lo amenazado que está»

 

Inspirado y rastreando los pasos de Amundsen, Franklin o Shackleton, el autor de este apasionante libro de viajes  de Javier Reverte, nos cuenta su propia peripecia en uno de los lugares más inhóspitos, pero más bellos de la Tierra: el Oceano Antártico.

 

«En mares salvajes» es una epopeya que nos viene a recordar toda la grandiosidad que tiene nuestro mundo, pero igualmente lo amenazado que está. Sin extremismos, pero sabiendo que no es una distopía, sino que es real, el peligro que se cierne sobre el planeta, tantas veces desde el protagonismo de la mano humana, debe avanzar en una conciencia y acción global para que futuras generaciones puedan disfrutar de algunos de los paisajes más fascinantes y que aún se conservan.

 

Bosques vírgenes, oceános indomables o costas de una aspereza intensa, forman parte del escenario de la vivencia propia de un escritor forjado en numerosos viajes por todo lo largo y ancho del orbe y, además, con una gran capacidad para relatar y compartir con la diversidad de lectores.

 

Este es un relato ameno, didáctico y que traslda, desde su lectura, a bordo de ese buque en el que Reverte va tejiendo sus historia a modo de reportaje y de la buena literatura que sabe pergeñar. Una obra con la capacidad de ser amena y toque de atención sobre el mundo que vivimos y los peligros que le ciñen.

Antonio Ramirez Velez

Indígena melillense con varias decenas de años a mis espaldas. Periodista de profesión y dedicación institucional desde hace muchos años en lla Ciudad Autónoma de Melilla, anterior Ayuntamiento, con una paso también en la Administración del Estado, Delegación del Gobierno. Responsable en diversas legislaturas de gabinetes de prensa y relaciones institucionales, comencé a entender, hace tiempo ya, que el poder es un mar de ambiciones y conjuras permanentes y por ello la verdad, cuando sobrevive, vale su precio en oro. Mi paso por medios de comunicación, tanto públicos, como privados, me enseñó de la gran asignatura pendiente que tienen, aún, generaciones de periodistas sobre la consideración de su profesión y la dignificación de la misma.

Lector aplicado, que intento ser, concibo a los libros como uno de los últimos reductos de la libertad de pensamiento, generadores de opinión y salvaguarda, por ello, de la voluntad. Lo único que no nos puede ser arrebatado (Víktor Frankl).

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