guirong fu 
La vuelta al mundo en un dedal (Capítulo 11): El caso Tito Berni toma un aire alarmista y al partido sanchista empiezan a temblarle las canillas
(a)
Se comenta que al partido sanchista
empiezan a temblarle las canillas
y presto se le ve a irse de la pata abajo:
‘El caso Tito Berni’ toma un aire alarmista
y hasta al inquilino monclovita
le entró un tembleque del carajo:
(b)
-¿Cómo va, pues, ‘la trama’, Patxi:
con los periodistas, chachi?
-¡Bien, Pedro, muy bien:
los enemigos los tengo controlados
poniendo mi mejor cara… de cabreado!
-¿Y los nuestros, qué?
-Como siempre: comiendo de mi mano.
-Encuéntrame -y aligera el paso-
(c)
a todos los sospechosos
de cobrar mordidas,
lo mismo si son en plata
o en carnes macizas los pagos;
no quedará uno solo
en el partido socialista;
que, a la hez del PSOE, los más altos servicios
le tiene EL SANCHISMO reservados.
Todo se andará. Paso a paso.
-¡No me digas!
(d)
Te digo: El PSOE no paga a traidores.
Pero los que mamaron de la teta sanchista
son carne de mi carne y merecen loas y honores:
Espabila y que vaya el Tito Berni a las televisiones
y no saber nada del tinglado ‘Mediador’ a todos diga.
Y tú Patxi insiste en que ninguna falta reconoces
(e)
en ir de merendola a reservados de 5 tenedores.
-Bueno, ‘de 5 tenedores’… ciertos lupanares…
y en plena estado de alarma por el COVID…
-Pamplinas: peor fue lo de Pablo Iglesias,
que me aseguró hacerse cargo de todos los vejetes
y en sus cutres residencias a muchos dejó morir.
(f)
-No vayas a sentirte culpable por ello, presidente.
-¡Claro… que culpo a Pablo, zoquete:
la de votos que por su culpa dejaron de darme a mí!
-Ya… Entonces… lo de Tito, ¿tú no crees…?
-¡Nada: calladita tendremos a la justicia blandengue,
a las puertas de tantísimas elecciones:
(g)
cuando a actuar en serio ella al fin se decida,
estaremos ya de nuevo gobernando…
como auténticos campeones!
-¡Así se habla! ¡Ave, Pedro!
-¡Ave! Y vete ya a mentir,
no pierdas más el tiempo.
-Y tú, Pedro,
¿en el Falcon, mientras tanto?
h)
-Alguien tiene que sacaros
las castañas del fuego,
¿no te parece?
-¡Claro, claro;
evidentemente!
-Pues ya estás tardando.
-¡A tus órdenes, presidente!
