Estamos en el país de Peter Pan. Por Rodolfo Arévalo

Estamos en el país de Peter Pan

«Estamos en el país de Peter Pan, la ingenuidad y el infantilismo nos rodean, solo se puede esperar la llegada del capitán Garfio»

Estuve viendo los últimos informativos y puedo observar lo que era de esperar, por las actitudes permisivas, de los últimos gobiernos del PSOE. Al parecer hay jóvenes recién llegados a la vida adulta, que no han recibido ni las amonestaciones que hicieron falta en su momento, ni los tortazos que hubieran merecido por parte de sus padres. La consecuencia es que los palos habrán de recibirlos de las fuerzas de seguridad del estado.

 

Es así, hemos transformado nuestras sociedades en flanes de huevo, que tienen textura coloidal y se menean como quieren, sin obedecer ni siquiera al palo y tente tieso. Y es así, entre otras cosas porque las agresiones a la autoridad, llegan incluso a estar bien vistas por algunos, incluso diputados electos al Parlamento, y que por esas mismas razones debieran de ser apartados de la política.

 

No se puede estar en democracia, ejerciendo de demócrata para cobrar, mientras por otro lado hacer la política de destrucción de la nación por cualquier medio que puedas manipular. Y eso es lo que hacen algunos desde las instituciones. Usan a la policía como si fuera un enemigo y no un garante de la seguridad y de la Constitución. De eso es culpable el gobierno, el actual gobierno, con Sánchez a la cabeza.

 

Ya se que a muchos de esos chiquillos les gustaría vivir en una sociedad totalitaria comunista y en gran parte porque no tienen ni puñetera idea de lo que es. Sería muy conveniente hacer películas de las que cuentan la realidad tras el Telón de Acero para que estos desmotivados con la libertad y la Constitución, fueran aprendiendo lo que ocurre aquí, si pasara en la época dura del comunismo iba a quedar reducido a una mera anécdota. Iban a recibir palos hasta en el carnet de identidad. Luego, como en tiempo de Francos, que usabas otra dictadura de diferente carácter, les iban a zurrar de lo lindo para que denunciaran a todos los que habrían participado de la manifestación. Y llegados a este punto, parece que los jóvenes lo están pidiendo a gritos.

 

Se verán como los invencibles “milenials” que todo lo pueden, y no, afortunadamente una democracia sirve entre otras cosas para defenderse de quienes la quieren torpedear y agujerear incluso desde dentro y obviamente haciendo un ridículo espantoso por desandar el camino andado que muchos ayudamos a construir después del setenta y ocho.

 

Otra estupidez sin explicación es el porqué Aznar suprimió la obligatoriedad de hacer el servicio militar, porque estando en el servicio, muchos zangolotinos aprenden a respetar la jerarquía y los galones, que por supuesto ninguno de ellos en la actualidad luce. Son esas las tonterías que han ido convirtiendo España en un “tócame roque” y a sus leyes en una “toca to” “Quisque”. Se ha perdido la decencia y como sigamos así vamos a perder el honor de ser digno de ser españoles. Porque de entrada sabemos que hasta el Mohamed VI tiene cogido por los… el teléfono móvil o por otro motivo más carnicero al presidente, que tiene mucho cuidado para no recibir el telefonazo con todas las consecuencias, por lo menos antes de renovar, Dios no lo quiera como presidente de este país convertido en hilarante astracanada desde hace unos años.

 

Mención aparte merece el Tribunal Constitucional, que debe estar plagado de vagos, por decirlo de alguna manera, considerarlo de otro modo, me haría dudar de las buenas intenciones de sus integrantes. Y como decía aquella, ya les vale o ¡Vale ya! Si cualquier persona hiciera esto en una empresa, tanto pública como privada llevaría varios años de patitas en la calle. Pero claro se trata de jueces, y como decía Don Quijote con la Iglesia hemos topado.

 

No se trata de ser de izquierdas, ni de derechas, de centro o medio pensionista. Se trata únicamente de lo que me decía mi abuelo, se trata de ser decente, por lo que deduzco que la indecencia se extiendo por la piel de toro, como un covid cualquiera y como nos contagiemos y se nos infecten las vías respiratorias iremos de culo y cuesta abajo.

 

¡Ah¡ y no os riais, que es la puñetera realidad. Estamos en el país de Peter Pan, la ingenuidad y el infantilismo nos rodean, solo se puede esperar la llegada del capitán Garfio, travestido de grupos como el de Puebla. Estuve viendo los últimos informativos y puedo observar lo que era de esperar por las actitudes permisivas de los últimos gobiernos del PSOE. Al parecer hay jóvenes, recién llegados a la vida adulta, que no han recibido ni las amonestaciones que hicieron falta en su momento, ni los tortazos que hubieran merecido por parte de sus padres. La consecuencia es que los palos habrán de recibirlos de las fuerzas de seguridad del estado.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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