
«Los linchamientos sociales de ciudadanos anónimos promovidos desde las instituciones son un síntoma inequívoco de la degradación democrática»
La mezquindad, concubina del resentimiento, impone la dictadura del chisme y de la insidia; y para realizar sus designios se vale no sólo de la perversidad de las gentes malignas, sino también de la curiosidad morbosa de los que podríamos llamar tontos útiles, esas gentes mostrencas y cretinizadas que anestesian el dolor de una vida sin alicientes dando pábulo a las burdas comidillas que los mezquinos propalan.
No escribas nunca un anuncio que no querrías que tu propia familia leyera. Los linchamientos sociales de ciudadanos anónimos promovidos desde las instituciones son un síntoma inequívoco de la degradación democrática en la que estamos inmersos.
No deberíamos jamás olvidar que los poderes públicos tienen limitada la libertad de expresión cuando la ejercen frente a los ciudadanos privados. El talento se halla con más alto grado de probabilidad entre los inconformistas, los disidentes y los rebeldes. Las mejores ideas surgen como bromas. Haz que tu forma de pensar sea lo más divertida posible.