
«Cuando un problema como este se propaga, ya sea la corrupción en las instituciones o una plaga en un jardín, se debe a que el ecosistema permite su rápida propagación»
La corrupción es un virus latente en cualquier democracia, lo sabían hasta los griegos hace 2.500 años (y como atajarla). A estas alturas de la civilización, este tema tendría que estar más que resuelto, pensamos.
Cuando un problema como este se propaga, ya sea la corrupción en las instituciones o una plaga en un jardín, se debe principalmente a que el ecosistema permite su rápida propagación. Ahí está el origen.
Conclusión: para poder atajar la corrupción hay que eliminar de nuestro ecosistema político los elementos que facilitan su propagación, y nosotros hemos encontrado dos.
Responsabilidad: la actividad de un corrupto puede hacer daño a una ciudad, autonomía o a todo el país e incluso a la UE. Pero ni la ciudad, autonomía o nación son responsables de las actividades del corrupto, es responsable quien lo ha colocado en dicho puesto. En España, por nuestro sistema de partidos, el responsable es el partido que lo incluyo en sus listas.
¿Y los votantes de ese partido? No, si querían votar a ese partido el corrupto iba incluido en el lote, no podían escoger. No se les puede responsabilizar.
El partido incurre entonces en una responsabilidad civil subsidiaria: ha de abonar el 100% del dinero sustraído (pagos aplazados), y arreglar su situación con el corrupto, ya sea vía penal o civil, como lo estimen oportuno. Esto libera a los españoles de tener que destinar recursos del Estado a un problema del cual solo sufren las consecuencias, así que nos limitamos a cobrar lo robado y que cada partido se ocupe internamente de sus corruptos como estime oportuno.
El Escollo: Sencillo, pero difícil.
Para poder llevar a cabo esta solución, trasladar la responsabilidad de la reparación del Estado al partido, hay que permitir que se ocupen de estos asuntos los tribunales ordinarios (si no, los partidos no tienen margen de maniobra para actuar).
Entonces es necesario derogar los aforamientos políticos en la constitución. Dichos aforamientos podrían tener sentido en 1978, pero perdieron su razón de ser el 1 de enero de 1986, cuando ingresamos en la entonces CEE.
Cuando pedimos la derogación de los aforamientos no lo hacemos pensando en que se hace un mal uso de ellos: que sepamos, solo hemos tenido un político corrupto que declarase públicamente que el aforamiento le otorgaba impunidad. Sencillamente, los aforamientos son un escollo técnico que impide actuar con diligencia, al limitar los tribunales que pueden hacerse cargo de casos de corrupción.
Recapitulemos: Movimiento Fuente Ovejuna usará el voto nulo para llamar la atención sobre una solución que, en su humilde opinión, puede suponer un freno a la expansión de la corrupción en las instituciones.
Y queremos que sea nuestro aliado: difunda la existencia de este movimiento, así sabremos si nuestra propuesta tiene sentido para el resto de españoles y seguir adelante o al contrario, entonces solo nos ocuparemos de nuestros asuntos. Ni seguidor, ni adherido, ni afiliado, solo aliado y porque tenemos el mismo interés en acabar con la corrupción: nada más.
Mañana, como prometido presentamos la papeleta, junto con los resultados esperados. Que tenga un feliz día y magnifico descanso.