En España parece imposible volver al sentido común. Por Rodolfo Arévalo

Parece imposible volver al sentido común.

«Por mucho esfuerzo que uno haga, cuando el lavado de cerebro de la población ha sido exhaustivo, parece imposible volver al sentido común»

Por mucho esfuerzo que uno haga, cuando el lavado de cerebro de la población ha sido exhaustivo, parece imposible volver al sentido común. Al parecer las ciudades están muy contaminadas. ¡Una solución quiero!, pero no una que recluya a los enfermos de artrosis en sus casas o lugares de residencia en otros sitios de su Comunidad que no sean la capital.

 

Todos los Madrileños, aunque padezcamos de artrosis, tenemos derecho a circular por Madrid en el medio de transporte que queramos. En este tema, no me importa quiénes sean los gobernantes, las derechas, las izquierdas o los tocapelotas de turno. Todos los partidos esgrimen todo para el pueblo… pero sin el pueblo y algunos empezamos a estar de esa cantinela hasta los mismísimos esos.

 

La pregunta es: ¿no somos todos los Españoles iguales en derechos y no podemos ser discriminados por ninguna causa? ¿O si que hay una causa la vejez y las enfermedades? Si es así la panda de jóvenes y maduros hipócritas que pueblan los partidos políticos en general, no es que sea inmensa, es que es infinita, tan infinita que es inmoral. Por mi les pueden ir dando por dónde les quepa y salvo que haya alguno que se decante por la defensa de la circulación cómoda para los viejos y enfermos de las extremidades, que se vayan olvidando de mi voto y probablemente del de muchos más.

 

Cada día el número de mayores de sesenta años aumenta. Así que ojo al dato. Con sesenta años no se debe, ni se puede condenar a nadie a permanecer en su casa con una mantita y sopitas calientes, es más en el año treinta y pocos seremos una gran mayoría si los jovencillos que, no tienen trabajo o no se casan, y aunque lo estén no tienen hijos, siguen por ese camino.

 

Que sí, que ya vendrán otros seres humanos de otra religión y cultura a ocupar el espacio dejado por los occidentales, pero eso es una insensatez absoluta, salvo que queramos perder ya del todo nuestra identidad, no solo Española si no occidental.

 

La verdad es que ya a estas alturas, salvo una selección de individuos escogidos, la producción de cultura propia casi ha desaparecido, de eso tienen la culpa las empresas de edición de música, literatura, pintura escultura, etc.… y sobre todo la tienen la gran mayoría de individuos a los que estos temas les importan una M, como buenos colgados del móvil que son.

 

Como no sea con la ayuda de la inteligencia artificial, que lógicamente no va a aportar ideas nuevas, sino que está basada en lo que ya existe, será imposible. Que haya quién piense que la IA es capaz de crear obras de arte u opiniones tajantemente diferentes y separadas de lo que existe, es que piensa en el absurdo. Y en último caso si esto fuera así, los humanos que tenemos sí, libre albedrío, podemos desenchufar las máquinas, matarlas antes de que ellas acaben con nosotros. O introducir en sus circuitos gusanos informáticos que las hundan en la inutilidad absoluta.

 

Últimamente se están dando informaciones que atentan contra la inteligencia, esta sí aleatoria de los únicos entes capaces de decidir por sí mismos. Tanto es así que podemos hasta suicidarnos si lo creemos conveniente. La verdad, me causa una profunda pena que la inteligencia fría y racional, sea tan ilógica, por mucho que nos alegre la vida dejar el trabajo cansado que podremos depositar en las máquinas, estas nunca tendrán lo que los humanos llamamos libre albedrío.

 

Habría que regular desde ya mismo unas leyes que supediten la creatividad en el diseño de memoria y aleatoriedad en máquinas y androides. También habría que crear programas que desconecten instantáneamente a cualquier máquina que pueda o quiera causar un mal, por pequeño que sea a un ser humano. Pero una cosa está clara, cuando los humanos pidamos ser medio máquina y medio humanos, ya no tendremos que preocuparnos por los dolores que nos pueda causar la artrosis y otras enfermedades, pero mientras tanto, es de agradecer que los que piensan sobre el papel y no sobre la realidad, se corten un poquito, no mucho, lo justo para no joder al prójimo.

 

Por mucho esfuerzo que uno haga, cuando el lavado de cerebro de la población ha sido exhaustivo, parece imposible volver al sentido común. Al parecer las ciudades están muy contaminadas. ¡Una solución quiero!, pero no una que recluya a los enfermos de artrosis en sus casas o lugares de residencia en otros sitios de su Comunidad que no sean la capital.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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