
«Nuestros ahorros comienzan a estar en manos de nuestros irresponsables políticos, que acaparan todo el crédito y, miran para otro lado»
Cada día es más difícil encontrar un comentario optimista en el mercado de la información, pero lo peor está en la calle, en el mercado cotidiano para nuestra despensa. De preocupar. Ángel, desde detrás de la barra, muy de mañana y con cierto retintín, que suele contestar a mi saludo con un “Tirando que no es poco», hoy ha añadido una pregunta al servirme el pincho de tortilla: “¿Oye, tu crees que nuestros ahorros están seguros en el banco?». Le contesto que. de momento, los bancos son seguros pero que así, con el estómago vacío no le puedo contestar con todas las de la ley.
Y es que, como nunca, las conversaciones giran cotidianamente en torno a la economía y los precios de los alimentos básicos. Y a pesar de la lógica preocupación que todos tenemos con el terrorismo islámico apuntando a nuestras cabezas desde hace ya más de una semana, nada, el pueblo soberano sigue erre que erre, lamentando el estado de su frigorífico y de palique sobre la situación económica y el comportamiento de los precios.
A Mateos, el panadero le pido una pistola y me contesta que son noventa céntimos, pero añade que está preocupado, porque cada día 3.000 nuevos parados circulan por la calle y la situación es insostenible. A Manolo, el pescadero le someto a un ligero tercer grado sobre ese emperador que tiene ahí, tan bien iluminado, y él, flemático me contesta que no podemos aguantar las 185 embajadas autonómicas que tenemos repartidas por el mundo y que cuestan la friolera de 150 millones de euros anuales. A Benito le digo cuarto de pavo trufado y me salta con que ya son cientos los ayuntamientos que no pueden pagar la nómina. Y es que así no hay manera. Esta mediodía he regresado a casa y al dejar las bolsas de la compra encima de la mesa me he preguntado qué comeremos hoy: ¿Corralito estofado a la europea o los bonos del Estado a la plancha y a cinco años?
Pero lo peor es que, cuando he comenzado a pochar la prima de riesgo en relación con el bono alemán, se me ha ocurrido la respuesta para Ángel, el camarero: El problema es que los bancos compran la insoportable deuda de los estados y así, nuestros ahorros comienzan a estar en manos de nuestros irresponsables políticos, que acaparan todo el crédito y, mirando para otro lado, siguen buscando falsos culpables para despistarnos. ¿Se piensan que somos tontos o qué? Mañana se lo digo que hoy estoy preocupado porque, a pesar de la olla a presión, no hay manera de ablandar la durísima carestía de la vida que estamos soportando.