Estaba reflexionando el otro día acerca de lo que dicen muchos españoles de que sus hijos tengan que marcharse fuera de España para trabajar. Que si no hay derecho, que si vaya una faena, etc, etc, etc…
Disiento, es mas yo instaré a mis dos hijos a que lo hagan, porque es lo mejor que podrán hacer con sus vidas, porque en una España en la que la envidia, la mediocridad y la vagancia son el motor de la sociedad, tanto desde el punto de vista del trabajador, así como de los jefes y empresarios, es imposible conseguir realizar mínimamente los sueños, aunque estos sean tan nimios como poder sobrevivir haciendo cosas que te gustan, o sea trabajando a gusto.
La frase que incluso yo he tenido que soportar «a ti no te pagan por pensar», está a la orden del día aunque no te la digan. En cualquier otra parte del mundo, esta actitud es recompensada con la proposición de tu idea en los organismos de decisión de la empresa, evaluada y muchas veces aceptada. Esto es así porque la iniciativa, la inteligencia y la constancia son cualidades que añaden valor a la empresa que los fomentan y alientan. Empresas en las que difícilmente puede haber ineptos, vagos y mediocres al cargo de esta y del personal.
Vámos hijos, no tengáis miedo y salid de España a comeros el mundo o a lo que consigáis, porque no es posible con la mentalidad de muchos, la mayor parte de los españoles y acrecentadamente por los votantes de partidos Populistas, que nuestro país sea garantía de la felicidad laboral mínima en la que los espíritus emprendedores y libres puedan vivir. No se si se puede decir mas alto, pero no mas claro. Españoles, si queréis perder todo el capital humano que vale la pena, seguid así veréis donde llegáis.