Como siempre que hay acontecimientos deportivos o musicales los medios de comunicación nos muestran colas kilométricas de personas esperando horas o días para conseguir sus entradas, nada baratas por cierto.
Nos hablan de los miles de aficionados que seguirán a sus equipos al país donde se jueguen los encuentros, nos hablan de los miles de fans que acudirán a los conciertos. Y no hablemos de puentes y vacaciones y los miles de plazas que los transportes públicos y privados ponen a disposición de sus clientes para que puedan viajar a sus lugares de destino.
¿Es este es el país en emergencia social que algunos partidos de izquierda nos pintan?
No dudo que hay personas y familias que están pasando gravísimos apuros para salir adelante, comer todos los días e incluso para tener un techo. Y es algo que una sociedad que despilfarra en infraestructuras faraónicas e inútiles no debe permitir, pero esto está muy lejos del catastrofismo que nos punta la ultraizquierda revanchista que ha surgido en nuestro país para atizar el odio hacia una derecha que ha gobernado con la misma legitimidad, exactamente la misma, que otros gobiernos socialdemócratas que han mantenido el poder durante muchísimos más años de nuestra etapa democrática y con resultados siempre desastrosos para el mantenimiento del estado del bienestar.
Y por cierto, si España está en emergencia social, Venezuela debe ser una sociedad arrasada. Tal vez esos partidos deberían ayudar a sus ex amigos a conseguir que, por lo menos, sus ciudadanos puedan conseguir lo más básico, del Estado del Bienestar de lo que ya ni deben acordarse.
Pobre gente!