
¿Qué le ha hecho España a estos enloquecidos que odian con tanta saña? ¿Qué daño les ha producido el ejemplar y cívico régimen de la Transición, aunque con errores de carácter ingenuo? A estos injustos y descerebrados compatriotas solo se les puede otorgar el beneficio de la duda, por su nulo conocimiento de la cercana realidad histórica española, fruto de la incapacidad estatal para informar adecuadamente y con datos y argumentos irrefutables el brillante papel ejercido por la Transición y que ha proporcionado una estabilidad política, cívica y social jamas alcanzada en la densa historia de España.
«Qué le ha hecho España a estos rencorosos que han tenido la fortuna de vivir sin confrontaciones de magnitud»
Porque ese régimen que denostan con tanto odio como desconocimiento fue un gesto de buena voluntad,un intento plausible de rescatar el destino de España, de superar complejos (carentes de fundamento), pero enraizado en nuestro fuero interno. Un voluntarismo apreciable para superar nuestro honor, dignidad y amor a España. Unos términos siempre cuestionados por los profesionales del caos y el rencor a todo lo que suene a España. Es preciso y urgente ahuyentar de nuestra sociedad los seguidores de las hipertrofias nacionalistas para, todos juntos, abordar con entusiasmo un proyecto que nos devuelva la autoestima fruto de la comprensión y respeto entre todos los españoles.

Cabe pensar que a aquellos que denigran sin conocimiento todo nuestro próximo pasado, les resulte insoportable que esos cuarenta años fueron tiempos de bonanza. prosperidad y generosidad ofrecida por aquellos que lucharon a campo abierto defendiendo sus ideales.
Pero a qué tienen odio con rencor infinito sin saber el enorme esfuerzo realizado por sus padres y abuelos. Aquellos hombres que construyeron una realidad benéfica. Qué le ha hecho España a estos rencorosos que han tenido la fortuna de vivir sin confrontaciones de magnitud y con un estado de bienestar envidiable que hay que reconocerlo, no ha sabido inculcar en la escuela los valores adecuados. Porque una cosa es el odio visceral acomplejado e ignorante, y otra muy diferente es la cólera de una sociedad cívica limpia digna y patriótica de la mayoría del pueblo español.
Siempre han existido los chulos, atracadores, asesinos en serie, enemigos de la libertad, envidiosos, y facinerosos. La novedad consiste en que nosotros, como parte imprescindible de la sociedad, les hemos cedido silla y cubierto en la mesa.
No sólo eso, les hemos dado voz y voto en nuestros centros de seguridad, decisiones económicas, y usos sociales.
Qué se puede esperar?
La democracia tiene fisuras por las que se cuelan verdaderos enemigos de ella.
Concederles el beneficio de la duda, cuando no cabía la menor duda !!!