
«Me atrevería a decir que en todo esto hay un punto de sadismo señor Rajoy. O que le gustan tanto las películas de suspense que quiere emular al gran Alfred Hitchcock»
¿A qué espera señor Rajoy ? Que se sepa hace muy poco y, por supuesto, ninguna acción de peso y trascendente. Ya sabemos todos que las advertencias e incluso las sentencias de las más altas instancias jurídicas, no han hecho efecto alguno. Al revés, se las han tomado a cachondeo, regodeándose en su incumplimiento. Y las palabras gubernamentales se la ha llevado el viento, sin necesidad de sufrir un huracán como los sufridos en el Caribe.. Por eso me parece insólito la nula respuesta del Ejecutivo. Deberían darse cuenta de que esa pasividad es tomada por los insurgentes como un síntoma de debilidad, acrecentando la inmoralidad de Puigdemont y caterva. ( Por cierto, los cuatro tatarabuelos del Presidente de la Generalidad catalana son oriundos de Almería, lo que le define como un charnego en diferido).
Se condena con excesivo rigor y fuera de toda lógica a un padre por dar dos bofetadas a su hija que no quería acatar directrices en temas de estudios, con un año de prisión, y a estar alejado metros de su hija, lo que le obligará a vivir en otro lugar y, sin embargo, no se lleva a los tribunales,de forma urgente, a los traidores catalanes, actitud que me parece de imposible aceptación. ¿Por qué, señor Rajoy, nos hace sufrir tanto a los españoles? No nos lo merecemos. Me atrevería a decir que en todo esto hay un punto de sadismo.O que le gustan tanto las películas de suspense que quiere emular al gran Alfred Hitchcock.