
«La ministra de Justicia Dolores Delgado anuncia desde su escaño en el Congreso de los Diputados el indulto a los golpistas catalanes antes de que comience su juicio en la Audiencia Nacional»
La ministra de Justicia Dolores Delgado anuncia entre líneas, al modo publicista del globo sonda y desde su escaño en el Congreso de los Diputados, el indulto a los golpistas catalanes antes de que comience su juicio en la Audiencia Nacional. Una traición que nos supondrá vergüenza ajena a la mayoría de los españoles, un tremendo lastre que durante muchos años, en caso de producirse, nos acompañará como un estigma social de ida y vuelta, con el que el PSOE quedará señalado para nuestra historia como una auténtica pandilla de miserables golpistas.
El falso y sectario razonamiento de la otrora fiscal y que exhorta la blasfemia contra la propia nación, y la igualdad de todos los españoles, se centra en que la Justicia española desde 1870 asegura la Ley de indultos no hace distingos y por ello, los presos del procés, encarcelados por el referendum ilegal del uno de octubre, tienen derecho a ser indultados. Olvida la ministra sanchista con ese vendaje político, más que razonamiento de estado, que con su declaración oficial en sede parlamentaria coloca precisamente al poder Judicial y a Su Majestad el Rey en un compromiso cercano al muro de los fusilamientos.
No todo está permitido por mantenerse en el poder, y mucho menos retorcer nuestro estado de derecho en beneficio propio, como ya ocurrió hace unos días con el cambio cometido en las conclusiones sobre la calidad del delito de los golpistas catalanes por parte de la Abogacía del Estado y que deja manchada tanto a la propia institución de altos funcionarios del estado como a la Justicia española ante Europa y el mundo. Basta ya.
¿Con la boca en la copa?