Con Snchz-Kerensky y Pablo Iglesias es lo que hay. Por José Crespo

«Es lo que hay, lo que tenemos y vamos a tener gracias a Snchz-Kerensky, un antisistema que no debería estar en las instituciones»
No sé si recordarán cuando en 2017 el secretario general de Podemos, futuro vicepresidente del gobierno español gracias a Snchz-Kerensky, Pablo Iglesias, animó hace cuatro años a salir «de cacería» por Segovia y «aplicar la justicia proletaria» a los «fachas» que residían en la localidad.
No nos olvidemos cuando asociaba que ser demócrata es expropiar, o que el enemigo solo entiende el lenguaje de la fuerza, o cuando decía que lo que funcionan son las barricadas pasando por aquello de que el poder nace de la boca de los fusiles.
Tenemos ejemplos para todo sin olvidar su apología de la violencia criminal al afirmar: «Vosotros sabréis hacer cócteles molotov, porque ante la crisis del capitalismo, nos tocará coger las armas».
Es lo que hay, lo que tenemos y vamos a tener gracias a Snchz-Kerensky, un antisistema que no debería estar en las instituciones, alguien que afirmaba hacer contorsionismo para no decir «España» y que tenía claro que había perdido la guerra.
Resulta curioso que ninguno de los «ingerentes», ni Macron ni Valls abran su pico de oro y alcen la voz por la arribada del neo-comunismo al gobierno de España mientras que anatemizaban a VOX y proponían cordones sanitarios frente a la irrupción del coco de «la ultraderecha». Cordón que asumió Ciudadanos y así le ha ido, y ante el que el PP se puso de perfil.