
«Lo dijo Pablo Iglesias en un mitin a los suyos: ”nosotros somos comunistas, pero no tenemos por qué decirlo”, y que no era en definitiva más que comunismo del siglo XXI»
En este mundo del siglo XXI, los términos izquierda y derecha ya no son los que eran antes. Hace años la mayor parte de los asalariados se alineaban alrededor de los partidos de izquierdas, y los que tenían dinero o eran empresarios o clases medias acomodadas votaban derecha. Pero por así decirlo izquierda y derecha eran posturas más de centro derecha e izquierda que otra cosa. Desde la llegada de los Podemitas, que vendieron a la juventud el sistema que ellos ocultaban, ya lo dijo Pablo Iglesias en un mitin a los suyos: ”nosotros somos comunistas, pero no tenemos por qué decirlo”, y que no era en definitiva más que comunismo del siglo XXI, la cosa cambio pero con todas las lacras que arrastran en su historia y que los fervorosos seguidores desconocían por falta de sistema educativo.
La izquierda ultra e incluso una gran parte de la del PSOE se ha volcado hacia los postulados mas escorados a babor, pasándose mucho más allá que al centro izquierda y por esto muchos votantes que votaban PP se han ido más hacia la derecha, en defensa propia, porque el PP se ha desplazado al centro izquierda. Luego se quejarán de la debacle que pueda producirse en las próximas elecciones en las que una gran parte de sus afiliados votarán a VOX.
Pero no se confundan, incluso votantes de Podemos escarmentados y ex socialistas lo votarán. Esto lo harán por lógica. Lo harán porque le verán los cuernos a la ruina mucho antes y porque no son bobos. En las sociedades actuales, por mucho que se quiera incidir en que hay graves problemas sociales, que serían solubles en situaciones normales, se han incrementado por esta pandemia vírica, que ha acabado con muchas vidas, y lo que es menos malo pero también mortal a largo plazo para la economía, las empresas y el trabajo de los asalariados.
«El gobierno que ha dilapidado dinero en cosas tan banales como fiestas del orgullo y del feminismo además de ayudas a otros países, como si fuéramos millonarios»
Con un gobierno que ha dilapidado dinero en cosas tan banales como fiestas del orgullo y del feminismo además de ayudas a otros países, como si fuéramos millonarios, y ayudas a inmigrantes, cuando entre los españoles dicen ellos mismos que hay dos millones de niños pobres, a qué conclusión se puede llegar. Yo solo llego a dos, una; o somos unos inconscientes de tomo y lomo, o dos; somos unos bobos de baba auténticos.
Al cierre se han visto abocadas pequeñas y medianas empresa y muchos trabajos asociados a ellas han tenido que desaparecer. No se puede negar que el problema económico ya había arrancado, con este actual gobierno social comunista, mucho antes. Primeramente porque muchas empresas extranjeras decidieron cerrar en previsión de las consecuencias que ellos esperaban, y que estamos viendo en estos momentos, agravadas por la enfermedad latente.
«Estas catástrofes ya ocurrieron en España, sin el coronavirus, en los años de gobiernos socialistas»
Se pueden tirar balones fuera y echarle la culpa al empedrado vírico, pero no toda la culpa la tiene este virus, ya había un afán de reducir gastos, por parte de las empresas, frente a la subidas de impuestos que se esperaban, y frente a la posible derogación de la ley laboral de Mariano Rajoy. No es de extrañar que los acontecimientos que se han producido hayan sido los lógicos, los que obedecen a las reglas de la economía. Si fueran nuevos habría que rasgarse las vestiduras, pero teniendo en cuenta que estas catástrofes ya ocurrieron en España, sin el coronavirus, en los años de gobiernos socialistas, véase que el final del Zapaterismo e incluso el primer gobierno de Felipe González que casi acaba en banca rota o sin el casi, parece una broma.
España no es una nación rica, digamos que es una nación que fue la octava potencia mundial durante los mediados años del siglo pasado, pero que a día de hoy no retiene nada de aquello que otros generaron para hacerla crecer. Porque la calidad de sus políticos ha bajado estrepitosamente, tanto en el nivel moral, como en preparación, cultura e inteligencia. Evidentemente no en todos, pero sí en una gran parte de ellos que han dejado de tener una mente estatal, para tener una mente regional, pequeñita y reducida. Entre estos abundan los que, sin ninguna clase de educación han llegado a los puestos para los que no están preparados, puesto que no tienen ni conocimiento ni experiencia para poder ostentar.
«El problema lo tenemos los votantes y para más Inri, el mayor problema lo tienen los votantes jóvenes, muchos menores de treinta y cinco años»
Compárese a un Fraga cualquiera con un Rufián cualquiera. Se podría decir que el problema lo tienen ellos, pero no, el problema lo tenemos los votantes y para más Inri, el mayor problema lo tienen los votantes jóvenes, muchos menores de treinta y cinco años, que votaron engañados por su propia incultura y desconocimiento de la historia. No entienden que el país se haya hundido tanto no es todo culpa del virus, sino de la gestión que se hizo de él y la gestión de la economía que ya había empezado a caer antes del virus.
Sin lecciones de historia aprendida en las escuelas, no hay país que resista a las redes mágicas que venden comunistas y populistas, mientras no se hable de la ruina, miseria y depravación de esos sistemas, difícilmente tendremos una juventud a salvo de caer en los mismos errores que se cometieron a principios del siglo XX. Europa y por ende España, si nadie lo remedia y espero que los jóvenes Europeos no sean tan espesos como muchos de los españoles, caminan hacia el fin como cultura e incluso como sociedad libre y demócrata. Es una pena pero es así, solo se puede gritar, ¡Jóvenes despertad!.
En este mundo del siglo XXI, los términos izquierda y derecha ya no son los que eran antes. Hoy solo son términos que debieran sustituirse por gobiernos de buena o mala gestión económica. No más deberían hacer los gobernantes y menos en cuanto a adoctrinamiento institucional.