
“A Rafael Rubio se le imputan los cargos de prevaricación, cohecho, falsedad documental, blanqueo, tráfico de influencias, asociación ilícita y grupo criminal”
Como El País-Pravda, centrado en la posverdad o mentira emotiva, solo dedica portadas contra Ayuso tenemos que recordar que está ingresado en la valenciana cárcel de Picassent Rafael Rubio Martínez, Rafa para los amigotes, miembro del PSPV, concejal de Valencia, portavoz en la Diputación y diputado autonómico, actualmente suspendido, quien fue azote de la difunta y abandonada por los suyos Rita Barberá en el Ayuntamiento de Valencia y de Alfonso Rus en la Diputación de Valencia.
Resulta que Rubio es amigo personal e íntimo de del ministro Ábalos, el de las maletas de Delcy. Era subdelegado del Gobierno en la Provincia de Valencia y ha sido detenido, en el marco de la Operación Azud, por las contrataciones “zombies” en la empresa pública Imelsa, contrataciones ficticias e indemnizaciones irregulares… ¡desde finales de 2016!, es decir corrupción pura y dura.
Además a Rafa se le ha negado la fianza por riesgo de fuga y por posible destrucción de pruebas. Los cargos son nada más y nada menos que por cobro de mordidas, prevaricación, cohecho, falsedad documental, blanqueo, tráfico de influencias, asociación ilícita y grupo criminal… casi nada.
Creo interesante recordarlo, porque este asunto parece ser que no es merecedor de portadas ni primeras páginas, tampoco parece ser digno de aperturas de telediario, ni programas especiales de TV, ni comparecencias urgentes del Presidente del PSPV, el honorable Ximo Puig-Peluquines, el aliado de Oltra, la ex de un violador y abusador de menores, al amparo de cargo público.
Tampoco parece ser objeto de comentarios por parte del Secretario General del P.S. el dottore cum fraude centrado en 1936 y 2050. Resulta tranquilizador que el periodismo en España sea tan imparcial, ecuánime, profesional, serio, coherente, pero sobre todo independiente.