
«Tenemos un falso gobierno de la gente y eso habla tan mal de esta caterva de inútiles e irresponsables que les vota y que se cree los bulos y mentiras»
Dado el fracaso del plan de Antonio para recorrer España y «escuchar» dado que las encuestas le propinan un sonoro puntapié en el trasero, ha optado por las entrevistas en TVE cargadas de vaselina y miel.
Vimos aquellos indignados gritos de «¡que te vote Txapote!» y la evidencia de que no puede salir a la calle sin que le abucheen, a menos que corte y limpie las calles de personal como ocurrió en Trujillo.
Tenemos en España excelentes cirujanos pero según informes fidedignos Antonio ya ha sido desahuciado pues se ha estimado una intervención quirúrgica de un mínimo de 35 horas con más de 12 especialistas y 35 auxiliares, de diferentes áreas, desde traumatólogos, urólogos, expertos en colon y recto, cirugía de hemorroides, prolapso rectal, quiste pilonidal, en definitiva los mejores coloproctólogos, además de internistas, anestesistas, no sé si contando incluso con los expertos doctores en transplantes de órganos Casanova y Cavadas (todos ellos por supuesto sin corbata y respetando las actuales normas de ahorro energético), para poder separar del orificio anal de Antonio las lenguas de Fortes y Ferreras que se ha evaluado que aún alcanzando el éxito en la intervención, con el consiguiente gasto energético y de personal, no quedaría asegurado que tras la misma no se fueran a unir los órganos, incluso implantando unos nuevos, tras un brevísimo período de tiempo.

Ayer pudimos escuchar y ver a Fortes babear melosidades que auguran ese siamesismo extraño que no cesa.
Antonio prosigue en su carrera hacia la nada de la mano de los aliados enemigos de España, insistiendo en las excusas del cambio climático y de la guerra de Ucrania para mantener sus políticas de gasto, con el gabinete más extenso aunque inútil y de patentes carencias curriculares, pidiendo sacrificios a la sociedad que asiste atónita a sus medidas vacuas y sin lógica práctica alguna.
Alguien debería explicarle a Antonio que las oscilaciones climáticas han sido, son y serán lo normal en el planeta tierra y que dependen fundamentalmente de la actividad solar y de la propia tierra, la vulcanología en definitiva.
El cuento del cambio climático y la demonización de quien no lo acepte a pies juntillas lleva a absurdos de prohibir las centrales nucleares,centrales de carbón, destruir los embalses por «franquistas», la minería en España, a no explotar el gas, petróleo o tierras raras, y pasar a comprar electricidad francesa procedente de energía nuclear o gas norteamericano licuado, más caro que el argelino o el ruso, procedente del fracking, creando una absoluta dependencia exterior y cargándose además nuestra propia ganadería y agricultura buscando una sociedad empobrecida, sin iniciativa y sobre todo dependiente.
Eso sí, paséense por bosques y márgenes de carreteras o tras concentraciones juveniles de fin de semana y vean la tierra sembrada de plásticos, vasos, y basura variada, algo que sigo observando desde que mi abuelo me hacía reparar en ello cuando tenía 12 años, algo que fue en aumento desde que el plástico pasó a formar parte de nuestras vidas en la locura del egoísmo consumista, tanto que el microplástico ya se abre camino en la cadena trófica humana.
Aquel eslogan de los años ’60 de «Mantenga limpia España» incumplido permanentemente a día de hoy debería producir vergüenza tanto a la propia sociedad como a políticos y maestros.
Nuestros políticos social-comunista nos transmiten sus experiencias en los universos paralelos en que viven. La hartura en la calle es evidente aunque la ministra Llop, que en su «sexto sentido» como en aquella película «oye voces«, nos diga que cuando viaja en metro crea escuchar conversaciones preocupadas por la renovación de los órganos juduciales.
No digamos de los encuentro imaginarios de la ministra Yoli, en su «proceso de escucha», plañidera de las políticas chavistas, que la animan a seguir en esa línea con su fracasada antes de nacer «cesta de la compra».
Tampoco nos acordamos ya de Juana y de Valeria las amigas tan imaginarias como invisibles de Antonio que le convirtió en un auténtico hazmerreír.
Es lo que tenemos y eso habla tan mal de esta caterva de inútiles como de la borreguil e irresponsable gente que les vota y que se cree los bulos y mentiras que a todos los demás nos intentan hacer tragar.



