Morir con las botas puestas. Por Julio Moreno López

Morir con las botas puestas

«Voy a tener que quitarme las zapatillas y calzarme las botas para pisar el barro aunque, como en el Álamo, muera con las botas puestas»

Una de las muchas ventajas que me ha aportado la madurez es, sin duda, la falta de prisa. Es cierto. En estos últimos años, he dejado de correr. Esto, sin embargo, no implica que no tenga compromisos y obligaciones, ni que haya dejado de ser un obseso de la puntualidad, lo cual, lejos de darme alegrías, me ha traído más de un disgusto, pero mi agenda, dentro de lo posible, me la organizo yo, para no tener que ir echando la lengua, como me ocurría años atrás.

 

Y esta falta de prisa, esta incursión inesperada de la calma en mi vida, me ha permitido, me permite, como otra de las ventajas de esta edad madura, la contemplación pausada del entorno y, por ende, la reflexión sobre aquello que veo, facilitándome llegar a conclusiones que, hace unos años, escapaban a mi alcance por la velocidad de los acontecimientos.

 

Esto, es un arma de doble filo, no se vayan a creer. La observación y la reflexión, sin lugar a dudas, llevan aparejada la conclusión y, créanme, hay conclusiones complicadas de aceptar; Si bien yo siempre he sido partidario, ante la enfermedad, del diagnóstico precoz, de mirar a los ojos al problema, hay situaciones que, por más que se hagan visibles, no aportan más que desazón y frustración. Y cuando lo que uno observa, la situación a analizar, es de una gran importancia y gravedad, hay reflexiones que solo aportan dolores de cabeza e insomnio.

 

Últimamente, por profesionalidad y porque realmente siempre me ha gustado, vivo inmerso en el mundo de la información, de la actualidad y, concretamente, de la actualidad política. Créanme si les digo que este puede ser un mundo apasionante, aunque muchas veces muy difícil de desentrañar. Es un mundo críptico, en el que nada es lo que parece, en el que todo parece tener un porqué evidente, pero finalmente siempre hay un motivo oculto, un interés secundario, en cada acción, en cada decisión y en cada declaración. Bajo el manto de un perfil ideológico, siempre se esconde un trasfondo, un interés, que se encuentra debajo de la piel, que no es visible a simple vista, pero que alimenta todo el entramado que tenemos a la vista.

 

Miren ustedes. Si hay algo que he podido comprobar es que detrás de un slogan se esconde un objetivo, normalmente doctrinal, que se encuentra oculto detrás de la pancarta. Detrás de un aparente error, se esconde normalmente la conspiración; y las buenas intenciones, en política, no existen. Es evidente, cuando no hemos visto un político a priori bien intencionado que haya logrado escalar en ningún escalafón.

 

Baste algún ejemplo cercano en el tiempo. Si estudiamos los perfiles de los recientes y actuales líderes de los principales partidos políticos, sin duda los líderes de Ciudadanos han dado siempre una imagen de moderación y fiabilidad; Si bien se ha demostrado, como en la moción de censura promovida en Murcia, que esto solo era una imagen distorsionada de la realidad. No obstante, esta aparente moderación ¿A dónde les ha llevado? A una huida hacia delante que no tiene otra meta que el abismo y la desaparición; el ostracismo más absoluto.

 

Sin embargo los líderes de la pancarta, del slogan y de las frases vacías, esto es, Podemos, han ido escalando sobre la montaña de escombros que otros han dejado al caer, posicionándose en pocos años en un lugar que les ha llevado, incluso, al gobierno de España; En coalición, sí, pero al gobierno. Poco importa o ha importado que el slogan esté vacío de significado y contenido, o que se haya tergiversado hasta hacerle significar lo contrario de lo que parecía ser. La arenga les ha proporcionado pingües beneficios, electorales y de otra índole, porque han sabido perfectamente que su electorado espera promesas, aunque luego estas nunca se lleven a término o resulten al revés, como se pone de manifiesto con una ley, la del Solo Sí es Sí, que ha puesto en la calle a los violadores, con otra ley, la ley Trans, que coloca en posiciones muy delicadas a las verdaderas mujeres; con una ley más, la de Bienestar animal, que va a acabar con muchas actividades económicas que se movían en torno al mundo de la mascota, trayendo más miseria si cabe a muchos hogares que dependían de este sector.

 

Y, por supuesto, sus socios en el gobierno, el PSOE, se han valido desde el principio de la promesa, la cual es aún más poderosa que el slogan a la hora de movilizar voluntades; y si hay que reconocerles un mérito, es que han hecho de la mentira, de la promesa incumplida, un arte, particularmente en la figura de Pedro Sánchez, el presidente de España pero no de los españoles, al menos mío no.

 

Si observamos, desde la contemplación neutral del espectador, su trayectoria en estos últimos cinco años, podremos comprobar que comenzó promoviendo una moción de censura contra Mariano Rajoy por causa de la inasumible corrupción del Partido Popular. Precisamente, estos cuatro años de legislatura se encuentran trufados de casos de corrupción del PSOE, pero además, los matices de estos últimos, ese hollín que deja la hoguera de las vanidades, son mucho más graves que un político que se corrompe y se echa al bolsillo lo que no le corresponde.

 

En los casos de corrupción y de malversación del PSOE, además, corre la cocaína, las prostitutas y, presuntamente por lo que hemos visto en el caso Tito Berni, la corrupción de menores. Y de esto, los medios afines, o sea, casi todos, se han hecho el eco justo y necesario, no vaya a ser que nos olvidemos de que Franco, supuestamente, fusiló a García Lorca.

 

Además, ¿de quien depende la fiscalía?; es más, ¿de quien depende el poder judicial? Porque casos ha habido de todos los colores, pero cabe recordar que Rodrigo Rato pisó la cárcel. Es más, fue interno durante dos años por el caso de las tarjetas black; y eso que estas no estaban manchadas de polvo blanco.

 

Sin embargo, José Antonio Griñán, condenado en firme por su implicación en el mayor caso de malversación de fondos públicos de la historia de España, se pasea por las calles de su Andalucía querida en virtud de un supuesto cáncer, surgido de la nada, cuando ya tenía fecha de ingreso en prisión. Y ya se ha encargado el presidente de la mentira y la especulación de eliminar ciertas figuras legales para que nunca pise una cárcel.

 

Así pues, no cabe otra conclusión que la observación es, en principio, positiva y necesaria, pero, por más que lleguemos a conclusiones, si permanecemos como observadores neutrales, no tenemos otro valor que el de documentar el desastre. Por lo tanto, sintiéndolo mucho, creo que voy a tener que abandonar la comodidad de mi sillón. Voy a tener que quitarme las zapatillas y calzarme las botas para pisar de nuevo el barro, ya en la edad madura, si quiero tener voz y voto en todo este asunto que tanto nos concierne.

 

Aunque, como en el Álamo, muera con las botas puestas.

 

@elvillano1970

Julio Moreno Lopez

Nací en Madrid en el año 1970. Aunque mi título universitario indica que soy ingeniero informático por la Universidad Pontificia de Salamanca, nunca ejercí como tal. Enamorado del mundo del periodismo y de la literatura, colaboro en diversos medios escritos y en alguna que otra emisora de radio. Ahora, miembro de este proyecto tan bonito de La Paseata. Además, soy autor del libro “Errores y faltas” Y del blog del mismo nombre. En Twitter @elvillano1970.

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