Catalanes los dos y no lo eres tú, ni lo soy yo

el medico y la paciente con el corazón roto mientras el psiquiatra no entiende nada. Ilustración de ZooroPinUp
Catalanes los dos: el medico y la paciente con el corazón roto mientras el psiquiatra no entiende nada. Ilustración de ZooroPinUp

«Me cuesta mucho decirlo y asumirlo pero, ahora sé que no quiero ser catalana. Al menos no como se supone deben ser los catalanes»

 

Paso tímidamente a consulta cuando me llaman y entro en ese espacio en penumbra y decorado casi de forma medieval. Debo confesar que donde esperaba diván, no encuentro más que una gran silla de lo que parece piel dónde se refleja la luz de un flexo en el escritorio, con una pantalla verde de cristal. Lo que son los tópicos.

– Usted dirá… -Vaya, esperaba un poco más de empatía y no que me atendieran como si estuviese en el mostrador de una charcutería.

– Bueno, últimamente creo que no soy yo.

– ¿Y quién es pues?

– Eso intento averiguar. Es difícil…

– Haga un esfuerzo.

– Nunca he tenido dudas de mi misma, es más, siempre he estado muy a gusto con lo que soy y cómo soy.

– ¿Qué ha cambiado?

– Veo que lo que se supone soy y he sido, ya no se corresponde conmigo.

– ¿Quiere decir que no es la misma persona?

– No, no. Sigo siendo la misma persona pero siento como si una parte de mi, una muy importante, ya no tuviese nada que ver con lo que era.

– ¿Cree que hablamos de crisis de identidad?

– No sé, dígamelo usted que es el psiquiatra…

Ésta puede ser una forma de explicar cómo me siento en la actualidad y desde hace unos meses. Me encuentro en medio de la que podría ser una crisis identitaria o de identidad. La cuestión no es que no sepa quién soy, lo peor es que ahora sé qué no quiero ser.

Me cuesta mucho decirlo y asumirlo pero, ahora sé que no quiero ser catalana. Al menos no como se supone deben ser los catalanes.

 

«Oigo y leo a catalanes hablar con tanto desprecio de sus “vecinos” que se me divide el alma entre la vergüenza y la pena más infinita»

 

Hasta la fecha, ser catalana era tener una identidad maravillosa, nuestras costumbres, fiestas, música, gastronomía, idioma, carácter y un sin fin de cosas de las que una podía sentirse orgullosa. Para mi desgracia, he ido viendo como cada cosa que me identificaba, ha sido cubierta con una estelada, como se cubren los muebles para que no cojan polvo.

Oír una sardana y emocionarme, ahora se baila alrededor de la estelada. Ver a los castellers y que la “anxaneta” corone desplegando la banderita. Un idioma que hablaba al mismo nivel que el castellano y cambiaba con naturalidad según hablase mi interlocutor, ahora me resulta molesto, algo afilado, algo que me daña.

Cuando algo que debiera ser natural es impuesto a la fuerza, se acaba por aborrecer. Es lo que me está pasando. Aborrezco ser catalana de esta forma en la que dejan ver deben ser los “buenos” catalanes. Oigo y leo a catalanes hablar con tanto desprecio de sus “vecinos” que se me divide el alma entre la vergüenza y la pena más infinita. Es un sentimiento que arrastro hace tiempo pero ayer, tras el visionado de un vídeo donde se preguntaba a madrileños por Cataluña y a catalanes por España, me ha quedado a carne viva.

Mientras desde Madrid se deshacían en elogios a sus vecinos , les reconocían el famoso “derecho a decidir” y todos lamentaban el deseo de los catalanes de “abandonar” el país, en Cataluña sólo se percibía inquina, odio, desprecio hacia España. Noté como el color subía a mis mejillas de la inmensa vergüenza que sentí, pero lo peor fue la pena de ver el gran daño que nos han hecho como sociedad.

 

«No quiero tener que vivir entre gente

que odia una parte de mi y me deniega la otra»

 

Llegados a este punto me pregunto, si el que toda la vida se llamó Jorge y hoy se lo cambia por Jordi porque “la terra i el cor” se lo piden, ¿Sería posible pedir dejar de ser catalana? Es decir, ¿A quién debo dirigirme y qué debo hacer para ahora ser manchega, asturiana, gallega o extremeña? Deseo con toda mi alma dejar de justificarme y aguantar éstas vergüenzas. Poder decir con naturalidad que  soy de un lugar que no es incompatible con ser y sentirme española sin que me miren mal o me señalen. Que el tema político no lo envuelva todo, lo contamine y lo vuelva monotemático. Que lo natural deje de ser extraordinario. No quiero tener que vivir entre gente que odia una parte de mi y me deniega la otra. Quiero volver a ser yo sin aborrecerme ni sentirme algo que no soy.

Si alguien tiene la solución, agradecería me la hiciese llegar. Recibo afecto de tantas partes de nuestro país, que gustosa adoptaría cualquier gentilicio. Porque no hay nada más extraño ni más triste que sentirse en casa cuando se está lejos de la tierra que te vio nacer.

 

 

 

 

 

 

 

 

Zooropina

El destino quiso que dos gaditanos se encontrasen en Barcelona y decidiesen que su primer hijo merecía una hermana. Vine al mundo para no salir viva de él, mientras, vivo al límite expresando sin filtro lo que me inquieta o apasiona. Creo que si no tienes nada que decir, aun tienes mucho que leer.

Artículos recomendados

10 comentarios

  1. Me ha gustado mucho tu artículo! Gracias

    1. María Jesús Benítez

      Muy bien definido ese sentimiento ambivalente. Me identifico totalmente

      1. Gracias María, me alegra saber que este sentimiento no es exclusivo de mi persona aunque como ya le he dicho a más de una persona, me apena que tú también lo sientas así. Un fuerte abrazo.

    2. Muchísimas gracias, Linda. Ya te agradecí por Twitter porque no sabía que podía hacerlo por aquí pero tremendamente agradecida. Un abrazo

  2. La solución es fácil , un poco mas difícil para ti, yo nací en una tierra, pero tengo dos sangres conocidas incluso más,
    por mis apellidos
    conocí dos tierras , viaje mucho de pequeño, me siento de la tierra q yo nací,
    y de la otra que llevo la sangre, sangre que llega hasta las Vascongadas y Lérida,
    con un Rh negativo, por eso me siento español y como español ,
    no vendo mi trozo de Cataluña ,
    mi consejo vuelve a tus raíces Cádiz, visítalas con su » Quillo» , y sus chirigotas, sal,
    despejate, tienes mas de andaluza que de catalana, es mi humilde opinión ,
    te podría contar mas cosas tipo RUFIANES , pero esas ya las sabes todas ,
    Un Fuerte Abrazo .

    1. Muchas gracias por tus palabras. Afortunadamente, pasé mucho tiempo de mi infancia en Andalucía, desde bien pequeña y es por eso que le tengo un amor enorme a esa tierra y a esas gentes. Cuando me dijiste que tengo más de andaluza… ahora mismo no se me ocurre un halago mayor. Se me llenaría la boca de orgullo de decir que soy andaluza! Qué maravilla. En parte, un gran porcentaje de mi, lo es. Después de todo, yo sólo nací y me crié en Cataluña, la sangre, es la que es. Un abrazo

  3. Hola ZooroPin Up. Si te vale yo soy vasca, vasca , de esas que tienen muchos apellidos vascos . Mi adolescencia la pase en Andalucía , feliz, feliz. Volví al Pais Vasco y me encontré con todo lo que cuentas. Pensé más bien que no era de ningún sitio pues no comulgaba con las ideas del terrorismo ni de quienes lo defendían que en realidad eran la mayoría. Lo de la Independencia era para mi lo más absurdo del mundo. Con los años me di cuenta que yo era vasca , vasca y ante todo española por la a Historia y nuestra cultura. Vi que todo era un montaje bastante perverso de lo que son los reinos de taifas y sus imposiciones y que los más agresivos son los de Cataluña y el Pais Vasco , pero en definitiva totalitarismos e imposiciones para tener ellos todo bien atadito. Al día de hoy se mi identidad , soy vasca y como tal española por supuesto , amo a España y no soporto estos regímenes que son un cuento bananero que lo han montado ellos. .

    1. Bravo, María! Me encanta leer a gente como tú, que no ceden un sólo cm ante esta locura nacionalista que nos ha tocado vivir (a ti de forma mucho más radical) en País Vasco y Cataluña. Yo siempre me he sentido catalana porque nací y me crié aquí pero ahora ser catalán, dista mucho de lo que yo he creido siempre. Mis padres son andaluces y hasta hace poco, eso no suponía un defecto. Ahora, parece que eso me resta puntos para ser una buena catalana pero lo que fulmina toda posibilidad, es el hecho de no comulgar a favor de la independencia. Me duele cuando hablan mal de España y de los españoles pero ellos, en lugar de comprenderlo, me tachan de fascista. Ya me dirás, ¿qué tiene de fascista amar a tu tierra pero también a tu país? Como dices, un circo para tenerlo todo atadito. Lamentable el daño que nos hacen como sociedad. Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras, María.

  4. Ojitos chulos, que bonito es leer a alguien con tu frescura y sinceridad, sigue así, que siempre es y sera un placer leerte.

  5. Tus sinceros y admirables sentimientos ZooroPinUp son un reflejo de la descomposición a que ha sometido el separatismo catalán a sus conciudadanos. Los que llegamos allí antes de morir Franco y nos fuimos – hartos – en los noventa después de ayudarles ingenuamente a «recuperar su cultura», os consideramos unos héroes resistentes al virus nacionalista y por ende verdaderos catalanes. Bravo por vosotros

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: