
«Nos falta un empujón cultural y de criterio propio, para no dejarse dirigir por los aprovechados. Nos falta un hervor camino a normalidad dictatorial»
Vivimos los mejores momentos de la nueva normalidad dictatorial. Hay que destruir los pantanos que hizo construir un monstruo nada ecologista, como fue Franco. ¿Y nosotros cómo regamos nuestros campos y cómo bebemos? De trasvases, ni hablamos, ¡la naturaleza es como es y no hay que someterla!, dicen los bobos, el agua del Ebro debe desperdiciarse en el Mediterráneo todita. El que quiera beber que compre agua embotellada, que es mejor para los comerciantes.
Si los seres humanos recién convertidos en Sapiens hubieran dejado la naturaleza como estaba, todavía estaríamos dando saltos por los árboles y corriendo por la sabana en pelotas. Bueno bien, los ecologistas al parecer es lo que quieren. Vale les compro el invento, pero tendrán que asumir que fallecerán los más débiles, los no adaptados a las necesidades de hoy. Esto debe de ser muy solidario y humano. ¿Volverá a influir la selección natural sobre la especie humana? Parece que sí el pensamiento de los toca pelotas sigue así, será lo que deba ocurrir. Luego silbarán eso de Pío Pío que yo no he sido. Pero que no se escondan, están ya fichados por los que van a pasar más hambre y más sed que los gusanos de Dune de la novela de Frank Herbert.
Si todas las culturas humanas que pasaron por Hispania, tanto los Romanos, como el resto, sembraron el territorio de reservorios de agua, acueductos, etc, quienes son estos “putos” genios que hoy gobiernan y que vienen a tocarnos los perenfanillos a quienes desde luego no tenemos un pelo de tontos. Salvo a la hora de votar, los Españoles en general somos inteligentes, pero oír la palabra izquierda es maravilloso, la izquierda es libertad parece sonar en el aire, la derecha es mala, MUY, muy mala tú. Y confunden derecha con Franco. ¿Cómo somos los Españoles de este siglo?
Claro que de bobos nunca estuvo ni está España libre, bobos los ha habido siempre, son esos individuos que por la circunstancia que sea son más brutos que los demás o que un arado, han tenido menos suerte en la vida, y eso no es malo, ni bueno. Lo que lo es porfiar en el error de votar lo mismo que he votado toda la vida. Lo malo es sentir que ellos padecen por culpa de los que sí han tenido suerte, o trabajan, más o por la razón que sea están en mejor posición.
La culpa, nunca la tiene el empedrado, o casi nunca. La culpa las tienen las políticas nefastas de gobiernos nefastos, de esos que llegan al poder, tras vender muertos en atentado, como si fueran la carne de cañón inexcusable sobre los que cimentar sus deseos de poder. A mi ya me queda poco recorrido, a lo sumo treinta años o así, pero a nuestros hijos y nietos les queda todavía una “Jartá” de vida y desde luego me gustaría que todos los que son «millennial», pasarán esa vida sin sed ni hambre y por supuesto sin dictaduras, sobre todo del proletariado, por el famoso refrán no sirvas a quién sirvió, porque saldrás escarmentado.
Aquí en España ha habido un puente de esos que más que puentes son acueductos y por lo que se ve los hoteles estaban llenos, los bares también, los restaurantes ni les cuento. No sé como lo hace el personal, imagino que a base de créditos, porque con una larga cifra de parados algo así como tres millones, dudo que el horno esté para bollos. Debe haber mucha gente que gana mucho más de lo que dice o que cobra la media. Pienso que esta media debe de estar en los mil ochocientos y dos mil doscientos euros. Sé que con este dinero no te puedes ir de vacaciones ni una semana siendo una familia de cuatro personas, salvo que entren dos o más sueldos en casa. Pero al parecer, no, no pasa nada, se tira de crédito, y sino se puede devolver pues hala que me embarguen.
Los otros los que ganan más de tres mil o cuatro mil euros, deben jugar al disimulo de capital, como por arte de birlibirloque, para poder distraerlo y usarlo en sus vacaciones. Pero salvo estos, las casas embargadas aumentan que da pavor. Deben de estar los bancos de tener que quedarse con casas, pisos, enseres y de todo hasta los mismísimos.
No parece que en general en España las personas se tomen sus vidas muy en serio, salvo cuando están totalmente acogotados. Esta no es manera de ser un país, para serlo, lo primero que tiene que poseer el pueblo es responsabilidad sobre lo que hace y no acusarse unos a otros de los males que puedan caer sobre ellos. Está claro que si no puedo irme de vacaciones con mi mujer a la costa una semana, me voy tres días a Almagro a ver el Museo Nacional del Teatro y tiro no porque me toca si no por la carretera con bocadillo adelante.
¿Es que ya nadie recuerda los viajes en seiscientos hasta los topes de diez o doce horas de duración, con parada en área de descanso para el “pipí” y el bocata? Al parecer no, nadie lo recuerda. Porque hoy las marcas de coches que ves aparcados por las calles de España en general no bajan de los catorce mil euros de ahí para arriba. Que pienso yo ¿cuánta pasta comerán las familias al cabo del año y cuantas patatas de todo tipo para ahorrar, incluso para tener para la caña y boquerón del bar de abajo? No lo sé. No hay mucha gente que tenga una alarma en su casa, eso les puede costar unos cuarenta euros al mes, pero no veas la seguridad que tienes si algún indocumentado intenta apropiarse de la vivienda, la policía está allí antes de que tengan tiempo de cambiar la cerradura.
No sé, me parece que en España muchos están por que tiene que haber de todo, pero por lo demás me sobra la mitad de la población. Deberían acudir a la escuela e instituto de nuevo si no fueron o por primera vez si no lo hicieron. Pero que un empujón cultural y de criterio propio, de no dejarse dirigir por los aprovechados, nos falta. Nos falta un hervor.