
Las capturas de la flota efectivamente tuvieron repercusiones económicas en España pero no tanto como otras situaciones. Debilitada por las continuas guerras, en concreto a causa de la guerra de los Treinta Años, y sufriendo una enorme crisis económica, España comenzó a sufrir ataques en fuerza sobre sus provincias ultramarinas a mediados del siglo XVII.
«Tras el desastre de la Armada contra Inglaterra, Felipe II se tomó muy en serio el problema de la piratería y destinó ocho millones de ducados para nuevas naves y fortificaciones en el Caribe»
Tras el desastre de la Armada contra Inglaterra, Felipe II se tomó muy en serio el problema de la piratería y destinó ocho millones de ducados para nuevas naves y fortificaciones en el Caribe. Envió a los mejores ingenieros militares, de los cuales algunos de ellos trabajaron toda su carrera en la construcción, reconstrucción y mejoras de las fortificaciones de Ultramar, logrando auténticas obras del arte militar de la fortificación como la inexpugnable Cartagena de Indias. Allí trabajaron los mejores ingenieros militares del Imperio. Este ingente esfuerzo estratégico y logístico aceleró la decadencia de la piratería financiada e impulsada desde la sombra por países como Francia, Inglaterra u Holanda. Recordemos que aunque personajes tan dañinos como Drake contaban con patente de corso, España no reconocía a estos salteadores como corsarios sino como lo que eran, piratas, puesto que actuaban en tiempos de paz, y algunos como Vernon, antes de la declaración de guerra.

«Los más famosos piratas fueron encumbrados a la fama sobre todo por la literatura y la propaganda inglesa»
Por tales motivos historiadores como Germán Vázquez Chamorro restan importancia a la influencia que pudo tener la piratería en el proceso de decadencia del Imperio español. En su opinión, los más famosos piratas fueron encumbrados a la fama sobre todo por la literatura y la propaganda inglesa, realmente atacaban barcos pesqueros o chalupas de escaso o nulo valor para la Corona española y cuando se empeñaron en un ataque masivo contra las costas españolas como la contra armada o invencible inglesa fueron un rotundo fracaso que fue silenciado en Inglaterra. De hecho, los enemigos de España prescindieron de aliarse con la piratería cuando encontraron otros procedimientos para ganare terreno al Imperio. Sería algo más tarde, en los siglos XVII y XVIII, cuando todas las naciones se conjuraron para perseguir y castigar sin piedad a los piratas.
En 1739, durante la Guerra del Asiento Edward Vernon atacó Portobelo, en Panamá, y posteriormente lo intentó se forma obstinada y arrogante sobre Cartagena de Indias, al mando de 186 buques, siendo derrotado de forma aplastante por Blas de Lezo quien solo contaba para su defensa con seis navíos, y sufriendo Inglaterra su más terrible derrota en los mares. Derrota que también fue totalmente silenciada en el Reino Unido.
Al poco, en 1762, durante la guerra de los Siete Años, los ingleses ocuparon La Habana y Manila, impidiendo el paso de la flota.

«La última Flota de Indias zarpó en 1776, y en la siguiente década España abrió sus territorios ultramarinos al mercado libre»
La última Flota de Indias zarpó en 1776, y en la siguiente década España abrió sus territorios ultramarinos al mercado libre. En una amplia valoración en todo su conjunto podemos afirmar que en más de doscientos cincuenta años de flota, las pérdidas por ataques fueron mínimas. Podemos, por tanto, calificar a la Flota de Indias como una de las operaciones estratégicas navales más exitosas de la historia. De hecho, en los trescientos años de existencia de la misma solo dos convoyes fueron hundidos o apresados por los ingleses y otro por los holandeses.
Para terminar pensemos en los miles de desconocidos para nosotros que diseñaron, difundieron, emplearon y desarrollaron el sistema de Flotas de Indias, cartógrafos, navegantes, exploradores, marinos, soldados, religiosos, comerciantes, arquitectos e ingenieros navales, carpinteros…, a todos ellos debemos recordar en estas líneas y a todos aquellos que llevaron su esfuerzo y su sangre para quedarse en unos nuevos territorios llenos de nuevas esperanzas, desde América del Norte, a América del Sur, por las costas atlánticas o del Pacífico, las islas oceánicas como las Marianas, con su perla Guaján, hasta las lejanas islas Filipinas, cimentando el proceso de crecimiento y consolidación que aún pervive de la Hispanidad.
“No puedo menos de alabar la paciente virtud de los españoles. Raramente jamás nos es dado encontrar una nación que haya sufrido tantas desgracias y miserias como sufrieron ellos en sus descubrimientos de las indias, persistiendo, sin embargo, en su empresa con constancia invencible y logrando brindar a su patria regiones tan maravillosas que se pierde el recuerdo de tantos peligros pasados”.
Walter Raleigh-Historia del Mundo
Carcelero de Sarmiento de Gamboa